Francisco José Ugeda Sánchez (Villena, 28 de marzo de 1949), más conocido como Paco Ugeda o simplemente Ugeda, es un artista excepcional, que desde el histórico y recoleto lugar de Villena, pinta la realidad con una precisión escalofriante. Sus cuadros nos obligan a contemplar esos detalles que tantas veces pasan desapercibidos, las imperfecciones de nuestro pequeño universo cotidiano, para construir otro mágico y definitivo gracias al arte de su pincel.
Un día soleado y otoñal, nos acercamos en tren, al modo decimonónico, hasta este pueblo de Villena (con título de ciudad) de tantos recuerdos para la entrevistadora. Pero no hemos venido a hablar de mis recuerdos, sino a conversar con el artista Paco Ugeda, que nos abre su casa y su taller y nos enseña, con orgullo y sabiduría, su pueblo natal. Y mientras vemos lo que ha hecho y lo que hace, rememoramos la escena en que aquellos diplomáticos ingleses le preguntaron a Miguel de Cervantes: «¿es posible que vuesa merced, después de lo que ha escrito, no reciba ningún sostén del estado para sus necesidades?» Y yo hoy le digo a Ugeda: ¿Es posible que después de lo que has pintado y de cómo lo has pintado, incluyendo los variados retratos de tu pueblo, no haya en Villena ningún espacio público dedicado a recoger y exhibir tu obra?
Desde este modesto Cantarano que tantos tesoros esconde, reivindicamos ese espacio para Ugeda en su Villena. Y esta es nuestra primera pregunta:
El Cantarano.- Hemos visto bastantes muestras de tu obra artística y los cuadros que has dedicado a Villena. ¿Es cierto que no hay ningún espacio público en Villena donde pueda conservarse y disfrutarse?
Ugeda.- Todo aquel que ha visto parte de mi estudio y mi obra piensan que debería mostrarse en algún espacio público de Villena. Ahora mismo se está preparando un museo en un edificio del XIX, lo que era la Electro Harinera, edificio emblemático en Villena, que albergaría colecciones arqueológicas, etnográficas y algo de pintura, pero no me consta que vaya a haber algo mío. Aquí lo que predomina es la fiesta: yo entiendo que la fiesta es cultura, pero no toda la cultura es fiesta.
El Cantarano.- ¿Qué otros villenenses destacarías que quizá no gozan en su pueblo del reconocimiento que merecen?
Ugeda.- Tiene Villena hijos predilectos y personajes de la historia de España que podrían proyectarse al nivel que merecen en la historia. Estoy pensando en el músico Chapí, el más conocido, que al menos en su pueblo goza de un hermoso monumento y placas en su casa natal. Otros músicos hijos de Villena fueron Ambrosio Cotes, compositor del siglo XVI, y el también compositor y guitarrista Quintín Esquembre. En todos los ámbitos hay muchos más personajes descollantes, como el escultor Jacobo Florentino, el abogado y escritor decimonónico José Zapater Ugeda, el político Joaquín María López, el magistrado Nicolás Mourandi, recientemente fallecido… Y si nos remontamos al pasado, don Juan Manuel Fernández Pacheco, nacido en Navarra pero con el título de Marqués de Villena, fundador y primer director de la Real Academia Española, Sancho García de Medina, que proyectó la construcción de la iglesia de Santiago en Villena… Y en fin, en el Siglo de Oro, el villenense Gaspar Pedro fue capitán de la Galera Sol donde iba embarcado Miguel de Cervantes, que murió cerca de Castellón y lo cita Cervantes en el Quijote. No podemos olvidar a José María Soler, descubridor del Tesoro de Villena. Y así un largo etcétera de personajes importantes que dan gloria a la muy Leal, Noble y Fidelísima Ciudad de Villena, título que concedieron los Reyes Católicos.
El Cantarano.- Vamos a centrarnos en ti. ¿Recuerdas cuándo empezaste a pintar?
Ugeda.- Empecé a pintar, como casi todos los niños, en el colegio. Recuerdo que en 1958, cuando tenía nueve años, me dieron un premio de Dibujo. Mi obra se colgó en una exposición de la que conservo el anuncio, organizada por el Ayuntamiento de Villena en los salones de la Caja de Ahorros del Sureste de España. Eso fue muy motivador para mí.
El Cantarano.- ¿Tu familia te apoyaba?
Ugeda.- Desde luego que sí. Guardo un recuerdo entrañable de mis padres y hermanos. Una de mis obras favoritas es el retrato que les hice a partir de una fotografía en blanco y negro. Y respecto a mi familia actual, mi mujer Juana es un apoyo indispensable para mi vida. Nuestros hijos y nietos son una alegría permanente.
El Cantarano.- Desde ese primer premio de tu infancia hasta el día de hoy, ¿de qué otros reconocimientos te sientes más satisfecho?
Ugeda.- He conseguido varios premios en distintas localidades de la provincia de Alicante (Sax, Onil…) y también en la Mancha (Valdepeñas, Tomelloso…). Uno de los premios que quiero destacar de mi carrera artística es el de Miradas, otorgado por la Fundación Alió para la prevención de la ceguera. Fue en la convocatoria de 2010 y mi cuadro premiado se titulaba «Un poema en la pupila», porque reproduce el ojo de una persona anciana cuya pupila contiene unos versos. Se trata del ojo de mi amigo, el poeta Andrés Ontañón Castro, autor de los versos incluidos en el cuadro. Esta circunstancia me permitió conocer al gran oftalmólogo Jorge Alió y también experimentar la combinación de pintura y poesía, que es algo que siempre me ha interesado.
El Cantarano.- Sobre pintura y poesía podríamos hablar largo y tendido. ¿Has hecho alguna colaboración más en ese campo?
Ugeda.- No sé si cabe citar los versos que algunos poetas han dedicado a mi obra. Por ejemplo, Trinidad Santa escribió un poema titulado «A Paco Ugeda», publicado en el catálogo de mi exposición en Bélgica en 2000. José Antonio Suárez es autor de un precioso soneto, «Realidad» que figura en el mismo catálogo y que acaba así: «Si nada existe todo es fantasía / que en el fuego de Dios se transfigura». También he tenido críticos que han descrito mi pintura de una manera más lírica que técnica, como Marc Fondaire, que me describe como «el escriba de nuestra propia esencia, el escriba de la luz». Y no puedo dejar de mencionar a poetas que han dedicado versos a cuadros concretos dentro de mi producción. Juan Miguel Asensi dedicó un haiku a mi cuadro inacabado «Puerta con retrato de primera comunión», el cual dice así: «la sed y el agua / se encuentran en los labios / perfecta unión.» Pedro Villar firmó unos versos para mi cuadro «Anfibio fósil» que comienzan así: «Tiene la piedra el silencio del mundo, el misterio prendido en la soledad de su centro…». Y creo que tú también tienes un poema inédito para mi cuadro «La puerta del hogar». Yo digo que el arte atrae al arte…
El Cantarano.- ¿Qué más destacarías de tu currículo como artista?
Ugeda.-El currículum que manejo no está actualizado porque me falta tiempo para eso. Pero mis catálogos dan fe del amplio recorrido de mis exposiciones, tanto individuales como colectivas, desde 1975 hasta la actualidad. Destacaría entre todas la que se exhibió en Andenne (Namur), Bélgica, en el año 2.000, acompañada de un precioso catálogo. Últimamente exposiciones individuales no he podido hacer, cuesta dinero y sobre todo tiempo. Organizar el estudio y pintar lo que me permite su espacio físico me lleva de cabeza. No obstante, hay obra que he pintado y no está documentada, como también tengo apuntes, escritos y reflexiones que me ocupan bastante. Voy vendiendo ocasionalmente algunas obras que me ayudan a llevar adelante mi arte, que no es poco, porque a todo esto los pintores no artistas son los que viven. Decía Picasso que pintor era quien pintaba lo que se vendía y artista el que vendía lo que pintaba, si lo podía vender.
El Cantarano.- Dentro del conjunto de tu obra, ¿qué es lo que más te ha interesado hacer?
Ugeda.- Tengo un cuadro de grandes dimensiones inacabado desde hace más de treinta años. Parece un trampantojo, a simple vista, pero para mí es mucho más que eso: se trata de un símbolo de mi vida. Hay una puerta de cristal traslúcido y me falta lograr que se vea lo que podría haber tras el cristal. He reproducido dos documentos clave de mi infancia: mi fotografía de primera comunión y mi certificado de estudios primarios. Como anécdota te contaré que este cuadro ha sido visitado por muchas personas que han creído que la foto y el diploma estaban colgados en una pared, no pintados.
El Cantarano.- En efecto, es admirable y recuerda el estilo hiperrealista de Antonio López. ¿Lo conoces?
Ugeda.- Conocí a su tío también pintor Antonio López Torres, que fue quien lo inició en el arte, y al prestigioso pintor realista Miguel Ángel Moya, que fue discípulo mío durante un tiempo que pasó en Villena para pintar a mi lado y así lo ha reconocido, citándome como uno de sus maestros. Tengo algunos cuadros que, efectivamente, tratan los mismos temas de Antonio López como sería el contexto cotidiano que nos rodea: por ejemplo, el aseo de mi taller, que aparece reproducido en uno de mis cuadros.
El Cantarano.- ¿Qué formación tienes como pintor?
Ugeda.- Soy autodidacta. He investigado y trabajado por mi cuenta, como reconocen algunos de los críticos y comentaristas de mi obra, desde Miguel Valor a Ángel Luis Prieto de Paula; el alicantino Jaime Santana Pomares que escribió en mi catálogo de la exposición de Bélgica; el catedrático de Dibujo Miguel Manuel García Montero; los pintores Manuel González Santana y Ceferino Moreno Sandoval, afincados en Villena; el citado Andrés Ontañón y muchos otros. Me ha interesado mucho el tema del color, sobre lo que he propuesto un vocabulario común universal. Por otra parte, he aprendido de mi trato y conocimiento de la obra de otros pintores, del pasado y de la actualidad, desde José Benlliure, hermano del escultor Mariano Benlliure, a Ignacio Pinazo y muchos más.
El Cantarano.- ¿Cuáles son tus temas favoritos a la hora de pintar?
Ugeda.- Me interesa todo lo real, lo que puedo ver directamente, ya sea paisajes (tengo muchos de Villena con diferentes técnicas), el retrato que también lo hago en color o en blanco y negro, algo que creo que tiene mucho encanto porque nos evoca el pasado de la fotografía en blanco y negro y además es un reto desde el punto de vista pictórico. También he pintado muchos bodegones o como se decía antaño, naturalezas muertas, inspirándome en objetos de mis colecciones y en mis utensilios de pintor.
El Cantarano.- Con respecto a los retratos, ¿qué crees que aportan cuando hoy en día la fotografía ha llegado a cotas tan altas de precisión y manipulación?
Ugeda.- Para mí, los retratos que hago tratan de captar la esencia, el alma de los retratados. Y no solo de personas, también de animales como los perros podencos, que considero que he captado su expresividad. Me interesa mucho trabajar el retrato no solo como una forma de reproducción más o menos habilidosa, sino como una reinterpretación. Elijo personajes que me interesan, tanto de mi ámbito familiar y de mi círculo como otros históricos o del pasado, por ejemplo el retrato en sanguina que hice de Schopenhauer.
El Cantarano.- ¿Y qué dirías con respecto a los paisajes y los bodegones?
Ugeda.- Pienso que un paisaje pintado por un artista que se coloca al aire libre durante horas, trabajando la luz, la profundidad, respirando el aire que pinta… eso es un arte diferente a la fotografía, que también es un arte, por supuesto, pero de otro género. En cuanto a los bodegones, como los interiores, considero que las cosas tienen alma, guardan la huella de las personas que las han usado y acariciado. Pueden tener también algún simbolismo, como sucede en mi cuadro «Puerta con retrato de primera comunión». Y esa emoción es la que hay que transmitir al espectador, porque sin emoción no hay arte.
El Cantarano.- ¿Con qué otros artistas o personajes relevantes te has relacionado que te hayan aportado o que hayan sabido apreciar tu obra?
Ugeda.- Afortunadamente la lista es muy larga. Puedo destacar a don Juan Elua Veiga, a los pintores Manuel Baeza, al crevillentino Julio Quesada, Pascual de Cabo y Fernando Soria, entre otros (no quiero olvidar a José Expert Climent, que tiene obra en el Reina Sofía). Y además de pintores, he tenido el placer de tratar al barítono Guillermo Palomar, al músico Manuel Berna, al político Julio de España, al dibujante de La Codorniz Eduardo Ibáñez (EDU), a la escritora Natalia Molinos y por supuesto a nuestros amigos comunes: el artista Juan Miguel Asensi Torregrosa y el escritor y profesor Alfredo Gómez Gil, ambos también entrevistados en El Cantarano. Una persona muy especial para mí a quien tuve ocasión de tratar fue el poeta y político Ernesto Cardenal, al que tuve el honor de conocer en Granada y la ocasión de hacerle un retrato, más bien una caricatura improvisada en una servilleta…
El Cantarano.- ¿Cuáles son tus proyectos ahora mismo?
Ugeda.- Volvemos al principio. Me encantaría contar con un espacio expositivo en Villena, arreglar mi taller para poder exponer mejor mis obras. En fin, trabajo e ilusiones no me faltan.
El Cantarano.- Esperamos que todo eso lo consigas. Tu arte lo merece. Desde El Cantarano admiramos tu obra y agradecemos la dedicación y generosidad con que la has compartido con nosotros.
LA PUERTA DEL HOGAR
La puerta del hogar abre un espacio
de infinita claridad serena
que nos evoca cómo es el trabajo
reiterado y tenaz. La vida plena
se recrea en los trazos obsesivos
de los triángulos de luz amena
que por el suelo pintan los mosaicos,
la bombilla apagada sobre la chimenea,
la lámpara encendida que delata
el desorden amable de la mesa
del artista con todo a medio hacer.
Y vemos fascinados desde fuera,
por el reflejo terso del cristal
que no oculta, que exhibe y enajena,
la intimidad arrebatada y pura:
ese caos genial que todo ordena.
Consuelo Jiménez de Cisneros