NOTA PREVIA. Julio Villar nace en San Sebastián en 1943. Abandona tempranamente sus estudios para dedicarse a viajar, practicar la escalada, lo que le convirtió en un pionero del alpinismo español, y descubrir la naturaleza. Tras un accidente de montaña que le provoca una larga convalecencia, toma la decisión de navegar a la ventura. En un pequeño velero de seis metros de eslora, comenzaría un viaje sin prisas en el que recorre el mundo y que le inspira la escritura de este libro, repetidamente reeditado e ilustrado con dibujos del autor. Su viaje duró desde su salida de Barcelona en 1968 hasta su llegada a Lequeitio en el verano de 1972, y en él llegó a recorrer unas 38.000 millas marinas.
Reseña de Carmen Amérigo.
Julio Villar cogió su barco velero MISTRAL de seis metros y se fue a recorrer el mundo. Sin experiencia, quiso recorrer el mundo en la mar, a la aventura, lo que los vientos y el mar quisieran darle y provocarle. Un aventurero que tenía ansias de cambiar por el mar lo que las montañas le dieron.
Se terminaron las escaladas y los abismos, lo que más cerca del cielo estaba. Tenía que cambiar de estrategia; se iría a navegar, a descubrir otros paisajes, otras gentes, otro mirar. Encontraría el amor y el sexo, como algo normal y necesario, que un hombre necesita. Encontraría mujeres que le harían reír y recitar poesías de poetas magníficos.
Este hombre de un carácter inquieto dejó sus estudios con el consentimiento de su padre y fue una forma de querer más a su padre. Marchó a la aventura.
El, un hombre tranquilo a su forma, deseoso de conocer tierras adentro, reconociendo con su mirar todo lo que pasaba por su lado. Un hombre solitario que amaba lo que pisaba, cuyas experiencias le daban un carácter amable y comunicativo. Encontrar hombres así, que descubren el mundo de otra forma, a través de sus experiencias, es otra forma de concebir la vida.
Estoy leyendo uno de sus libros, ¡Eh Petrel! Cuaderno de un navegante solitario. De una escritura clara, amena, donde sus experiencias las expresa de una forma concisa y expresando sus vivencias curiosas e introvertidas.
Se hizo con su barco MISTRAL, lo conoció en el mar de su mareas, oleaje, vientos. Y también en ese mar calmo que te envuelve y hace que la mar la quieras.
Dio la vuelta al mundo, ¡qué odisea!
No fue fácil, porque él empieza siempre desde cero. Lo desconocido siempre le tienta, pero es la única forma de conocer a este hombre abierto, conocedor de tantas experiencias profundas que le llevó a desarrollar toda esa sapiencia que le ha dado vida y sabiduría.
Creo que los hombres que nacieron en la posguerra son hombres diferentes, llenos de ansias, con ideas concretas, queriendo cambiar el mundo, inventores, imaginativos, idealistas, hechos a sí mismos, sin temores, con amor a su tierra y con ganas de cambiar al mundo. Y desde luego cambiaron su tierra.
En esta síntesis de su historia, he creído captar algo de su personalidad, de su fuerza y entereza.
¡EH, PETREL! CUADERNO DE UN NAVEGANTE SOLITARIO de Julio Villar. Editorial Juventud.