Cómo no mencionar a Shakespeare en mayo. Algunos documentos dicen que nació y murió un mismo día 3 de mayo y no un 23 de abril. En todo caso, siempre viene bien recordar a este autor de vitalidad incombustible y melancolía legendaria.
LOS PÁJAROS DE WILLIAM
“Nay, I’ll have a starling shall be taught to speak nothing but Mortimer, and give it to him to keep his anger still in motion”
(Henry IV de W. Shakespeare)
Los pájaros de William forman parte de la soledad de Alicante,
cuando, en hora punta, desfallece la miseria en las aceras
y se arrinconan los cuerpos en portales de negocios arruinados.
Seguramente un cartón separe el alma de la historia,
de la vida atrapada en el correr de la alameda;
seguramente, sorprendida por un enjambre de miseria se retuerce el relax
y se esconde la conciencia al soplo de un Dios argumentado.
Tal vez, sobre la playa, sobre las palmeras, sobre los tilos,
vuelan nubes de estorninos. Olas negras
surgidas del caparazón del infortunio.
Los pájaros de Shakespeare desaparecen confundidos con los árboles.
Este poema pertenece al libro de Francisco Mas-Magro y Magro «Obstinada Memoria», de próxima aparición en Fundación Devenir Poesía. Agradecemos al autor el permiso para reproducirlo. La ilustración es una composición fotográfica de F. Mas-Magro.