La escritora Consuelo Jiménez de Cisneros y Baudín y yo nunca llegamos a conocernos personalmente, a pesar de ello, ambos sabíamos quienes éramos. Nacida en el seno de una familia muy culta, su padre fue el abogado y escritor Don Miguel Jiménez de Cisneros y Goicoechea y su abuelo paterno fue el Catedrático Don Daniel Jiménez de Cisneros y Hervás, mientras que su abuelo materno, Don Federico Baudín Ruíz, fue Magistrado y presidente de la Audiencia de Pamplona. Esto, sin duda, ayudó a que las primeras referencias de su infancia fueran las letras, la lectura, la investigación, la disciplina en el trabajo y algo muy importante que no todo el mundo tiene, el sentido del deber y de la responsabilidad en lo que destacó a lo largo de su vida y carrera académica. Prueba de ello es su extensísima y elevada carrera como académica, profesora y escritora, que la llevaron a obtener numerosos premios nacionales y menciones de honor, hasta obtener en 2005 el Premio Nacional del Ministerio de Educación y Cultura del Gobierno de España por su labor cultural.
Catedrática de Lengua y Literatura Española, profesora, escritora y conferenciante, representó como legado cultural a España en Holanda, Francia, Marruecos y Luxemburgo. Entre sus proyectos e innumerables publicaciones, de una elevadísima calidad y mérito, debo destacar las publicaciones digitales que como directora de El Cantarano y junto a Doña Teresa Vidaechea Solís, Profesora de Geografía e Historia, llevó a cabo en los últimos años. Siendo de especial importancia la para mi grupo de investigación y para mí, la que realizó el 28 de julio de 2024 – a raíz de la publicación de la escritora Doña Regla Contreras Rodríguez-Jurado en el ABC de Sevilla un día antes, y seguramente, inspirado en el planteamiento que le realizaría la profesora y Catedrática Doña María José Serrano – y que bajo el título “El Autor del Quijote era de Córdoba” defendió mi tesis en la que mi equipo y yo demostramos documentalmente que Don Miguel de Cervantes Saavedra no había nacido en Alcalá de Henares, como se cree por la historiografía oficial, sino en la ciudad de Córdoba en Andalucía, documentando además la existencia de varios homónimos que vivieron en la misma época que el cordobés, como el nacido en Alcázar de San Juan o el nacido en Alcalá de Henares, entre otros.
Consuelo fue la primera catedrática de lengua y literatura española en hacer público su apoyo a nuestra tesis, defendiendo la verdad histórica con valentía y determinación, frente a la presión de un sector que, por intereses ajenos a la verdad, se negaba a aceptar las propias declaraciones del escritor. Para alguien como yo, con más de veinticinco años de experiencia en la investigación histórica y documental, nacido en el entorno de una antigua familia, en la que el principio del linaje determina el carácter de sus miembros, puedo valorar de una forma más amplia su apoyo, ya que Consuelo era miembro del antiguo linaje de los Jiménez de Cisneros, al que perteneció el fundador de la Universidad de Alcalá de Henares, el Cardenal Francisco Jiménez de Cisneros (1436-1517).
Si Don Miguel de Cervantes Saavedra viviera, Consuelo, te daría las gracias por defender su palabra frente a aquellos que en la actualidad la quieren cuestionar, y los miembros de tu linaje, y los que conocimos tu obra y aquellos que tuvieron el privilegio de conocer a tu persona, deben de estar orgullosos de ti, pues tu legado perdurará inexorable al paso del tiempo, como perduró y perdurará el de tu familia y tus antepasados.
José de Contreras y Saro
Profesor A.H. Derecho Civil e Internacional Privado de la Universidad de Sevilla
Investigador Nacional y Director del Proyecto de Investigación Memoria de Cervantes