Reseña de Consuelo Jiménez de Cisneros.
El Colegio de Médicos de Alicante y la Universidad de Alicante patrocinan la edición de un libro que, aparecido en 2018, hoy es prácticamente inencontrable y pide a gritos una reedición por el interés y la originalidad de su propuesta. Veamos de qué se trata.
Bajo el explícito título de «Poesía científica», dos poetas que también son científicos (del campo de la medicina) se unen para diseñar un poemario bilingüe, en castellano y en valenciano, donde plasmar su visión lírica de la ciencia en su más amplio sentido.
Los autores son José Antonio Buil y Emili Rodríguez Bernabeu, los dos bien conocidos por sus muy reconocidas trayectorias poéticas en las que han cosechado importantes premios. Su libro es una demostración de que ningún tema es ajeno a la poesía. La ciencia y la literatura no son compartimentos estancos.
Entre los poemas podemos distinguir aquellos dedicados a motivos temáticos científicos o a descubrimientos concretos y los dedicados a personas, científicos e investigadores de todas las épocas, desde la Antigüedad clásica al siglo XX, y de todas las categorías, desde los académicos consagrados hasta los aficionados que lograron avances inesperados por su intuición e inteligencia.
Todo ello en un libro aparentemente pequeño, pero denso, que contiene quince poemas de Buil y quince de Rodríguez Bernabeu, coincidiendo ambos no solo en lo cuantitativo, sino también en estilos y planteamientos. En efecto, hay una armonía entre las dos partes, pero además esa armonía se justifica en la relación que ambos autores mantienen como colegas en el ámbito médico y como cultivadores apasionados del verso. Esto les lleva a actuaciones en las que comparten y comunican, como lo demuestran los dos prólogos que Rodríguez Bernabeu ha escrito para dos poemarios de Buil. Y hablando de prólogos, Rosa Ballester, catedrática de Historia de la Medicina, firma el prólogo de este libro y en él describe, con elegante precisión, sus contenidos subrayando la relación entre la ciencia y las humanidades.
Múltiples ramas de la ciencia aparecen reflejadas en los versos de nuestros dos poetas: la paleontología, la medicina en sus diversas especialidades, la física, la química, la astronomía, la óptica, las ciencias naturales en toda su amplitud, la geometría… Evidentemente esta obra permite varios niveles de lectura: desde el de quien conoce la ciencia de que se trata hasta el que la desconoce pero puede igualmente disfrutar de la magia de la poesía e incluso interesarse y descubrir por sí mismo aspectos de la ciencia que antes no conocía.
En conclusión: «Poesía científica» es un atinado y variado conjunto de versos que, además de la emoción estética que suscitan, nos invitan a participar en la aventura del descubrimiento y a saber más de aquellas materias y aquellos personajes a que hacen referencia. No podemos terminar sin citar unos pocos versos de cada poeta:
Es la noche que alumbra el firmamento,
es la mecha que prende las pavesas
en las calles de Padua,
es la sombra de un pobre vagabundo
que crece en las fachadas
como una hierba negra.
(De «Lección de anatomía» de José Antonio Buil)
Era crepuscle,
i des del firmament
Giordano Bruno xiuxiuejava
en el record d´un llibre en la memòria.
A cau d´orella, el vent
escampava el murmuri,
la solitud,
un altre món que ens sotja.
(De «Sincronia» de Emili Rodríguez Bernabeu)
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