Autor: Francisco Mas-Magro y Magro.
DE LA MUERTE ANUNCIADA
(Cinco Haikus)
I
Y fue el sigilo:
Sobre un virus de muerte
la ciudad duerme.
II
Todo rumores.
En la noche cárdena
pernocta el germen.
III
La muerte yace
oculta la espadaña
traviesa y muda.
IV
Vuelan los llantos.
Tiene el silencio
temor de camposanto.
V
Las torres gimen,
repican las campanas.
La parca ríe.
COPLAS A UN VIRUS SIN PALABRAS
Nadie dijo y fue el sigilo.
El sol, la luna, se inquietan
y sobre un germen de muerte
la ciudad ya se despierta.
Se silencian los rumores,
los de aquella noche malva,
se mintieron las señales
retoñando entre soflamas.
Ya fue el silencio incitando
aquel virus veleidoso
y ya la muerte rondando
entre clamores llorosos.
Con el sigilo adecuado,
escondida la guadaña,
va la muerte, tan callando.
Con el silencio se apaña.
Se comenta, se recela.
La sospecha se afianza:
es un temor murmurado
esa peligrosa chanza.
Y se palpa el miedo, surge
más grande que toda duda,
y unos y otros preguntan,
¿dónde duerme la cordura?
Frente al dolor nace el tiempo,
(un tiempo que nunca pasa).
que se siente coagulado
en cada rincón de la casa.
Y el miedo más teme al miedo,
en el surgir de aquel alba.
Todos hablan, nadie dice,
y así pasa la jornada.
Y amanece nuestra vida
y esa tristeza aceptada.
Los sigilos ya son lutos,
mentiras disimuladas.
Foto: C. J. Cisneros. Laboratorio del Dr. Mas Magro en su Casa-Museo de Crevillent.