LOS DUENDES DE TÍA ELISA Y OTRAS NARRACIONES de Francisco Mas-Magro y Magro

Reseña de Consuelo Jiménez de Cisneros.

La nueva criatura literaria del doctor Mas-Magro es una recopilación de cuentos que aparece con el título Los duendes de tía Elisa y otras narraciones. Un libro exquisito, que aúna lo íntimo, personal pero transferible -porque muchos lectores pueden identificarse con los sentimientos de ternura, deseo, fantasía…- y lo literario, atesorando referencias de autores y obras que están ya incrustadas en nuestras vidas como lo están en los cuentos del autor.

Don Francisco Mas-Magro y Magro es un ejemplo perfecto de lo fecundo y maravilloso que puede ser ese periodo de la vida, temido por unos y deseado por otros, que se conoce como jubilación. Pues nuestro Director Adjunto de El Cantarano, tras una intensa y meritoria carrera como profesional de la medicina especializado en geriatría, está dedicando los años de su retiro a la literatura, vocación y pasión que le ha acompañado a lo largo de toda su vida, como saben cuantos le conocen. En este caso, bien podríamos asegurar, sin preocuparnos de si es cierta o falsa la etimología, que jubilación viene de júbilo, esto es, de alegría. Porque la fórmula para ser feliz en la vida -Sócrates dixit– es hacer aquello para lo que uno está destinado. Y a estas alturas, nadie puede negar que Francisco Mas-Magro es feliz escribiendo, entendiendo la escritura como comunicación y, por ende, compartiendo lo que escribe con sus lectores, que van aumentando en círculos concéntricos sin que veamos hasta dónde puede llegar esa piedra lanzada al agua que es un libro recién publicado.

Una reseña literaria, y así me lo ha recordado mi buen amigo y excelente escritor Miguel Moreta-Lara, no es más que la lectura original y personalísima que cada cual hace de un libro. Y por eso podría haber tantas reseñas como lectores, porque el libro es una realidad artística que tiene como elemento definidor esa apertura a la interpretación y gusto del lector.

Con estos parámetros previos, aquí va mi reseña: el libro que hoy nos ocupa, lo puedo recomendar con la cabeza de filóloga y con el corazón de lectora. Este libro es un viaje múltiple, como diversos son los relatos que lo componen. Leerlo supone iniciar una aventura mental, intelectual y emocional de la mano del autor, el cual nos acompaña con su voz narradora en primera persona -que a veces parece susurrarnos al oído-. Con él hacemos un recorrido por lugares, tiempos y personajes muy diversos cuya humanidad nos atrapa. Las vivencias, que se suponen tantas veces autobiográficas, están filtradas por el espíritu artístico del autor, quien, cual alquimista avezado, trasmuta en prosa lírica las experiencias propias y ajenas.

El dolor, que el autor conoce bien como médico y como paciente. La literatura, tan familiar al autor que le acompaña en sus andanzas por Madrid, donde cree ver los fantasmas de los escritores que recorrieron esas mismas calles. Y la soledad, el hilo de tantos de sus relatos. Y al fin la literatura no deja de ser una soledad compartida: compartida sobre todo por lo que hemos leído autor y lector, aunque en diferentes tiempos y circunstancias, pero formando un cúmulo de referencias comunes, de guiños que nos hacen ver que pertenecemos al mismo grupo: el de cuantos viven en y con la palabra.

Destaca en el contenido de los relatos la ternura de los niños, de las mujeres solas, de los hombres solos; la inquietud febril del amor; las debilidades de los seres humanos narradas líricamente. Porque el autor es un poeta y eso no puede dejar de influirle aunque escriba en prosa. Así se aprecia en el lenguaje cuidado, en el diálogo realista sin caer en lo vulgar, en la frase ondulante que parece natural y espontánea, pero está minuciosamente construida al modo de una orfebrería léxica.

No puedo ser totalmente objetiva hablando de un libro en el que, creo que por primera vez -dejando aparte la tesis doctoral de mi hijo menor-, aparezco sustantivada en una dedicatoria donde el autor muestra su agradecimiento, esa rara virtud que, según mi abuela castellana, es propia del bien nacido. Entre la dedicatoria a su compañera y esposa María Teresa, autora del prólogo, un prodigio de naturalidad, sencillez y primor, y el reconocimiento a su editora, Sol Ravassa «por entender el proyecto», el autor escribe mi nombre: «A la profesora, poeta y ensayista Consuelo Jiménez de Cisneros y Baudin, porque me ha orientado la edición».

Y no puedo dejar de conmoverme, porque recuerdo cuántas páginas han pasado por mis ojos y a cuánta gente he leído. Y qué grato ha sido incorporar a mi vida a esos otros seres humanos con quienes comparto el amor por la palabra. Hay que añadir que el autor dedica cada uno de sus relatos a las personas que forman parte de su universo: familia, amistades, colegas… buscando siempre alguna conexión entre el relato y la persona a quien se lo dedica.

La prologuista, que conoce al autor mejor que nadie, habla de su «creatividad arrolladora». Y dice bien. Página a página, cada relato esconde una sorpresa, que ya desde el título nos llama la atención. Basta para ello pararnos en los tres primeros relatos: ¿Quiénes serán «los duendes de tía Elisa», la solterona de la familia cuyas emociones se describen con tanta delicadeza? El segundo relato, «¿Es esta la meditación de un buen amante?» nos lleva a una sala de espera en la que el autor-protagonista entrelaza sus reflexiones con ironía -no olvidemos este concepto a la hora de leer la prosa de Mas-Magro- al tiempo que denuncia la nueva sociedad deshumanizada donde a la gente no se la atiende como antaño y hacia la que avanzamos aceleradamente. «El mal de abracadabra» cuenta la historia de una muchacha que sufre una enfermedad, no se sabe si real o inventada, mediante la cual el autor parece denunciar la manipulación que se ha hecho de la mujer en el ámbito familiar; al menos esa sería mi lectura en clave feminista (de ese feminismo a mi estilo, que no es de militancia política, con permiso de mis amigas feministas).

Acabo con una muestra de la prosa del autor que espero sea el mejor aperitivo de futuras lecturas. El texto está escogido abriendo el libro al azar. Pertenece al «Cuento de la malaventura».

Hoy, en el silencio de la selva, no se escucha ningún rumor. Tampoco entre las sábanas del catre, que ya huelen agrio.

No se oyen los pájaros en su revoloteo del alba y la luna se ha escondido por detrás de la loma, un poco antes de que llegaran las nubes.

La lluvia lo ha inundado todo, distinguido lector, incluido el baúl de madera que nos trajimos del pueblo.

Su cuerpo, tendido, blanco en su morena piel, sigue sobre la cama.

Y te sigo contando: nos dijeron que la selva atraería los espíritus, aquellos que necesitábamos en aquel tiempo para encauzar nuestras vidas.

Nacimos, desconocido lector, para vivir este existir azaroso, en el que las serpientes parecen figurar más que nosotros.

Feliz lectura.

Los duendes de tía Elisa y otras narraciones. Francisco Mas-Magro y Magro. Editorial Soldesol 2022.

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