Autora: Consuelo Jiménez de Cisneros.
El pasado 16 de julio, festividad de la Virgen del Carmen, patrona de la gente de mar, se celebró la tradicional procesión marinera donde la imagen de la Virgen que habitualmente preside el vestíbulo del Club de Regatas se entronizó sobre una barca que hizo un breve recorrido por la costa alicantina saliendo desde el puerto. A la salida sonó la Salve Marinera. Durante el recorrido, los participantes desde otras embarcaciones lanzaron rosas blancas al agua en homenaje a la Virgen del Carmen. Cuando finalizó la procesión, se sirvió una cena al aire libre y a pie de embarque, amenizada por una simpática violinista.
Fue una bonita experiencia formar parte, aunque solo fuera como espectadora, de un evento tan ligado al mar y a la devoción religiosa. El mar es una buena metáfora de los peligros que acechan las frágiles vidas humanas, ante lo cual se busca la protección de un más allá benéfico que para unos es artículo de fe y para otros tradición folklórica. En todo caso, la figura de la madre está asociada a la protección, y de ahí que la Virgen del Carmen con su niño en brazos resulte una figura simpática para todos, creyentes y agnósticos.
Reproducimos la letra de una canción dedicada a la Virgen del Carmen que escuché en los años setenta y cuya autoría ignoro:
Estrella de los mares (bis)
cuyos reflejos (bis)
en mis ojos de niño
resplandecieron. (bis)
Te acuerdas Madre, (bis)
cuántas veces de niño
recé la Salve. (bis)
Del mundo y sus peligros (bis)
ay no me dejes (bis)
y a recoger mi alma
ven en mi muerte. (bis)
Fotos: Consuelo Jiménez de Cisneros y wikimedia commons.