LA EXPERIENCIA DE RESEÑAR Y PRESENTAR UN LIBRO: SOBRE LA PRESENTACIÓN DEL POEMARIO BILINGÜE «VÉRTIGO, VERTIGO» DE MARIANNE LOEBLE

Autora: Consuelo Jiménez de Cisneros.

Hay personas, y me cuento entre ellas, que tienen el privilegio de llevar a cabo determinadas actividades solo por amor al arte, como suele decirse; en mi caso, al arte de la palabra. Querría referirme hoy a un empeño que se concreta en diversas actividades a las que me he dedicado desde hace años y que siempre me han reportado satisfacción moral: la de apoyar a una persona y su obra escrita mediante la redacción de prólogos, reseñas y presentaciones. Estas son acciones que, como decía el clásico, se hacen gratia et amore, es decir, no están remuneradas, no se cobra por ellas. Solo se cobraría si la reseña se hiciera en un medio de comunicación comercial o cuando la presentación la lleva a cabo un editor ansioso de vender. Pero no, desde luego, cuando la reseña se publica en una web privada como puede ser El Cantarano, o cuando la presentación se hace en un ámbito como la sede Universitaria de Alicante, que paga por las conferencias y los simposios pero no por las presentaciones de libros.

Respecto a El Cantarano, cabe recordar que es una revista digital con edición de textos mensuales que subsiste sin subvención alguna, a la que se accede libremente, sin ningún pago ni compromiso, sin publicidad, sin instituciones que la respalden. Es una empresa quijotesca que cuenta con colaboraciones también quijotescas por desinteresadas: ni los autores que colaboran ni los ilustradores cobran nada. Todos ellos ceden generosamente sus trabajos.

En lo referente a las presentaciones de libros, no siempre se consigue el éxito de público. Sin embargo, y a pesar del riesgo de la escasa asistencia, hay que seguir insistiendo en ofrecer un espacio y un tiempo a quien lo merece. Quizá por justicia poética. Porque yo también fui favorecida, desde que publiqué mis primeros poemarios en mi juventud hasta la actualidad, teniendo la suerte de que mis libros fueran presentados por las más grandes personalidades de la vida cultural alicantina, como el académico Vicente Ramos, el periodista Tirso Marín, la catedrática y directora del Instituto Jorge Juan María Dolores Mollá, entre otros muchos nombres. Y que me redactaran prólogos personas tan relevantes de Alicante como Rafael Azuar, Vicente Ramos, José María Bonastre, Francisco Mas-Magro y muchos más. Esas experiencias me hicieron pensar que yo debía, de igual forma, apoyar a aquellos autores y publicaciones que me resultaran interesantes y dignos de ser difundidos y así lo vengo haciendo.

He presentado libros de poesía, narrativa y ensayo de autores muy diversos y en espacios muy diversos. En Alicante, en el Ámbito Cultural de El Corte Inglés, en el Colegio Oficial de Doctores y Licenciados, en la Biblioteca de los Libros Felices del Colegio de Notarios, en el Real Liceo Casino y en la Sede Universitaria Ciudad de Alicante, ya mencionada. En algunos casos, con gran asistencia de público; en otros, hemos estado, como suele decirse, «en familia». El esfuerzo que supone la presentación de un libro no siempre encuentra la recompensa que merece, ni para quien presenta ni para el autor o autora. Eso fue lo que sucedió ayer por la tarde en la Sede Universitaria de Alicante, uno de mis lugares favoritos para las presentaciones de libros, así como para otros eventos tales como simposios o ciclos de conferencias. Ello se debe a la extraordinaria acogida y a la confianza que me dispensa su Director, Jorge Olcina.

Ayer realicé una presentación de la autora belga Marianne Loeble y su obra publicada, pues aunque, en principio, se trataba de presentar su último libro, Vértigo, Vertigo, lo cierto es que se habló un poco también del resto de su producción. Sirvan estas líneas como una prolongación de esa presentación y para que aquellas personas que no estuvieron físicamente, tengan la oportunidad de conocer la obra de esta escritora plural y plurilingüe que se expresa en francés, inglés y español, y que declara que el inglés y el español, no siendo ninguna de ellas su lengua materna, sí son las lenguas en las que más cómoda se encuentra para escribir.

Por las razones que sean -hay gente aún temerosa de acudir a eventos en lugares cerrados, era viernes por la tarde, había otras ofertas culturales al mismo tiempo y casi en el mismo lugar, el público no acompañó. Estoy convencida de que es el desconocimiento y el desinterés por lo que se desconoce lo que provoca que no se acuda a estas presentaciones dignas de contar con más auditorio. Recordé otros eventos en los cuales la falta de asistencia de público resultaba clamorosa. Hará veinte años aproximadamente cuando un reconocido poeta valenciano (no diré el nombre por no agraviar) acudió invitado al Instituto Cervantes de Bruselas para una entrega de premios literarios. Yo vivía entonces en Luxemburgo y desde allí me desplacé a Bruselas con dos personas más y me encontré que el número total de asistentes era de cinco personas: nosotros tres y otras dos personas de Bruselas. También recuerdo durante el año de mi estancia en Fez como asesora lingüística (aquí puedo precisar más la fecha: 2010-2011) que el Instituto Cervantes de Fez organizaba ciclos cinematográficos donde la asistencia se llegaba a reducir a una sola persona, que era yo.

Ayer cité al poeta Gerardo Diego que aseguraba en su famoso poema Brindis que a él le bastaba con tener un solo alumno para sentirse realizado como profesor. A mí también me basta con que una sola persona me escuche para sentir que comunico. Y aunque los suscriptores de El Cantarano no lleguen al centenar, y eso siendo la web gratuita, como ya se ha dicho, a mí me basta, porque esto es como una botella lanzada al mar que no sabemos adónde ni hasta quién llegará -comparación que ayer empleó también la autora, Marianne Loeble-.

Es por ello por lo que doy otra oportunidad y transformo en virtual la presentación de ayer, que iba acompañada de una lectura a dúo por la autora y la presentadora de una selección de poemas en inglés y en español. Presentación que se adjunta a continuación de este artículo.

Para concluir: reseñar un libro o presentarlo supone un trabajo añadido al de la lectura, actividad que será placentera si el libro nos agrada; pero no es lo mismo leer un libro solo para pasar el rato que leerlo para reseñarlo o presentarlo. Hay que contar también con el tiempo que se dedica a diseñar la presentación y redactar la intervención, y con el que se dedica a coordinar lugares y fechas y hacer la difusión. La gran mayoría de los autores a los que se presenta o se reseña son conscientes de ello y de que se trata de actividades que deben ser debidamente valoradas. Es una pena que el posible publico que podría asistir, aprender y deleitarse, no se tome la molestia de vivir la experiencia del descubrimiento. Las pocas personas que estuvieron ayer por la tarde en la Sala Miguel Hernández de la Sede Universitaria sí lo apreciaron.

PRESENTACIÓN DEL LIBRO Vértigo Vertigo de Marianne Loeble

Marianne Loeble, belga residente en la provincia de Alicante, ha publicado en 2021 un poemario bilingüe (español-inglés) editado en la colección Verso y Color de la Editorial Adarve, del Grupo Caudal de Madrid. Recoge versos escritos a lo largo de 2020, durante el confinamiento por pandemia, que reflejan su coditianeidad con un lenguaje directo y emotivo.

La autora de Vértigo Vertigo es políglota (español, inglés, francés, flamenco) y ha sido profesora de idiomas.

Además de ser autora de este libro, Marianne ha publicado dos libros más. Una novela en inglés titulada Hoopoe´s song, aparecida en 2020 en la editorial Austin Mcauley Publishers, y una novela en francés, Oriola, aparecida también en 2020 en una editorial francófona: Au bout des mots. Esto demuestra su versatilidad idiomática a la hora de escribir. En la novela en inglés presenta una historia ambientada en la Bruselas cosmopolita y en parajes desérticos de Israel. Según informa la contraportada, se trata de una historia que defiende el derecho a la felicidad y critica las manipulaciones de ciertas organizaciones internacionales.

Por su parte, el libro en francés Oriola ofrece un recorrido por las experiencias de la autora en España, concretamente en Barcelona, ciudad en la que se asentó. La narradora y protagonista, Iris, sin dejar de ser un personaje novelesco, podría ser también el alter ego de la autora. De su mano recorremos el Poble Sec, un barrio de artistas y personajes singulares, y asistimos a una historia de amor muy poco convencional que no vamos a desvelar. La actualidad del momento se cuela entre sus páginas, por ejemplo la alusión al incendio en Notre Dame de París. Oriola es el topónimo valenciano de Orihuela, un lugar que la escritora conoce bien y en cuya comarca ha fijado su residencia, pero también es el nombre de uno de los personajes principales de la historia.

A continuación nos centramos en el libro que hoy presenta: Vértigo, vertigo del cual haremos una lectura de una selección de textos a cargo de Marianne Loeble (en inglés) y Consuelo Jiménez de Cisneros (en español). Y finalizaremos con un coloquio.

Antes de empezar la lectura, querría leer la reseña que le dedica el doctor Mas Magro a este libro.

«Marianne escribe en los meses de pandemia. «Al principio el planeta se volvió silencioso». Y día a día creó un sentido poemario que le ayudaba a superar el agobio. Escribió en inglés y español, sin parar, y los días pasaron para Marianne más deprisa. Siempre con la esperanza por delante, llegó a entender qué era realmente el bienestar y la felicidad. Un hermoso poemario de esta escritora belga a la que ya de niña le gustaba jugar con las palabras».

A continuación reproduzco una parte de la reseña que dedicamos a este libro en El Cantarano.

«La formación y experiencia de la autora le han permitido construir unos poemas sencillos, directos, conmovedores, donde no necesita recurrir a grandes artificios para emocionar. Y precisamente la emoción es el punto clave de la comunicación poética. Desde la colección Verso y Color se nos informa de que su pretensión es «entregar a los lectores poesía en su punto justo de emotividad». Un objetivo logrado en este libro tan especial.

Es un libro denso, de casi 250 páginas, pero hay que considerar que son dos libros en uno: la versión en castellano y la versión en inglés, donde los poemas aparecen intercalados en páginas contiguas. Cada poema va fechado, componiendo así una especie de diario lírico cuyo escenario son las tierras levantinas donde reside la autora. Refleja la vida cotidiana de la autora con transparencia, una explosión del devenir de su día a día en todo su esplendor. Se evocan buenos y malos momentos en la dureza del confinamiento, con sus temores y melancolías. Lo que no impide a la autora disfrutar epicúreamente de los pequeños placeres de la vida: el cumpleaños de una amiga a la que dedica un acróstico, los paseos por la naturaleza, la alegría de un desayuno en el jardín, aprender a tocar el piano, montar en bicicleta… En definitiva: mantener el buen ánimo «a pesar de la lluvia» (título de uno de sus poemas).

Se recrean la fauna y la flora del lugar: el cormorán, la libélula, las verduras, los pinos, el césped… y por supuesto, su «perro de aguas español», al que define como «mi mejor amigo», lo que me trae a la memoria el maravilloso poema que Lord Byron dedicó a su perro, donde lo describía como «un ser con todas las virtudes de los seres humanos y sin ninguno de sus defectos».

La identificación casi panteística de la autora con la naturaleza se aprecia, entre otros, en su poema «De flor a flor», donde escribe: «Me siento como una abeja ocupada, / una avispa tal vez / contando una nueva historia cada día / mientras salto en buganvillas / de flor a flor / para reunir el néctar en mi vuelo…»

Para dar una idea cabal del conjunto, habría que añadir que la crítica por la conducta destructiva de los seres humanos, la preocupación por los «sin techo» y la repulsa ante determinadas conductas sociales (como la de hablar mal de los ausentes) también están presentes en su poemario, sobre todo en la última parte, donde se hace preguntas sobre la actual problemática engendrada por la COVID, la contaminación y otros asuntos que a todos nos preocupan y atañen.

En conclusión: este bello conjunto de palabras nos retrata a una persona extremadamente positiva y comunicativa, que, con notable naturalidad y franqueza, nos hace el regalo de compartir su vida con nosotros a través de sus versos.»

Marianne finalizó con la lectura de un bello poema inédito, Estamos en paz, que leyó en español y en inglés. Se concluyó con un coloquio donde las asistentes comentaron la identificación de la autora con lo que escribía, su mensaje positivo y su estilo claro y directo. Marianne se siente feliz en este rincón del mundo que habita: la costa levantina, donde disfruta de una vida bucólica, de la naturaleza y de la amistad.

Ilustración de portada: Marianne Loeble y Consuelo Jiménez de Cisneros durante la presentación del libro «Vértigo, vertigo» en la Sede Universitaria Ciudad de Alicante.

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