Reseña de Consuelo Jiménez de Cisneros.
Conocíamos a Esther Abellán como poeta, como antóloga, como dinamizadora cultural y como actriz y rapsoda. Pero esta es su primera incursión en la narrativa, y para ello ha elegido el género negro, tan de moda, aunque sus orígenes se remontan a un par de siglos atrás por lo menos, y han sido bastantes y muy prestigiosas las autoras (mujeres) que lo han cultivado, desde el siglo pasado hasta nuestros días: Emilia Pardo Bazán, Agatha Christie, Gladys Mitchell, Patricia Highsmith, Donna León, Alicia Giménez Bartlett, Camilla Lackberg… Incluso nuestra coterránea (madrileña afincada en Alicante) Maruja Moyano también tiene narrativa negra en su haber que también aquí hemos reseñado.
¿Cuál es la aportación específica de Esther Abellán? Yo diría que esa voz en primera persona, familiar y realista, que es a la vez narradora, protagonista y personaje, que nos proporciona una visión directa y omnisciente de lo que cuenta. La historia es la de una asesina justiciera, tipo que se ha dado más en varones que en mujeres. La originalidad de la propuesta de Esther reside, a mi parecer, en la construcción de ese personaje femenino mayúsculo que se corresponde con un nuevo tipo de mujer empoderada y segura de sí misma, lo que no significa que no pueda ser a la vez víctima y verdugo.
Un prólogo de Carlos Salem y una cita de Mary Shelley ponen el pórtico a esta novela que quedó finalista en el I Concurso Internacional de Novela Policial Puerto Negro de Valparaíso, Chile.
La autora no puede olvidar que es poeta y cita versos y escribe de forma lírica en más de una ocasión, y juguetea con el lenguaje con graciosos aciertos. El título está dentro de la trama, en un momento determinado que refleja lo que siente la narradora protagonista y en cierto modo, determina el desenlace.
Las dos eses propias del género negro: sangre y sexo, acompañan el recorrido narrativo. Como me comentó la propia autora: «es una novela negra… muy negra…» De regalo final, la autora nos ofrece una escogida selección de narraciones breves con desenlaces sorpresivos cuyo interés no decae.