Redacción de El Cantarano.
LAZOS DE SANGRE es el significativo título que ha elegido Teresa Cía para su exposición antológica de esculturas, abierta del 22 de abril al 22 de mayo en la Planta Baja del Palacio de la Diputación de Alicante.
Es ésta una exposición peculiar por estar acompañadas, una parte de las esculturas expuestas, de poemas de muy distintas técnicas y facturas cuyo nexo es el aprecio que sus autores expresan por la artista y por su obra.
El inicio de esta idea de aunar lo artístico y lo literario, algo que está en la mejor tradición de la literatura y el arte alicantinos de la segunda mitad del siglo XX, procede del poema espontáneo que Consuelo Jiménez de Cisneros dedicó «A las esculturas de Teresa Cía» titulado «La tierra y el corazón» y escrito en Monóvar el 23 de noviembre de 2018 con motivo de la exposición que la artista alicantina realizó en el Casino de dicha localidad.
La tierra empieza / a crujir hasta hacerse / delicadeza. Así comienza el poema de Consuelo Jiménez de Cisneros que, en cinco breves estrofas de tres versos, capta la esencia artística de la escultora.
La gran sala que da al jardín trasero del palacio de la Diputación, por la luz exterior de sus altos ventanales y por sus generosas dimensiones, es el mejor lugar donde ofrecer una exposición artística. Teresa ha organizado la suya en varias zonas donde alternan esculturas y conjuntos escultóricos de diferentes medidas, materiales y colorido.
Porque una de las peculiaridades de la escultura de Teresa es que mezcla materiales como el metal y el barro con otros más efímeros como el papel o el plástico, y los colores básicos los adorna con notas de oro y plata y con una gama cromática que va desde los grises, rosas y azules más tenues hasta rotundos rojos, verdes, amarillos…
Como expresa el título, se trata de una exposición antológica, y como muestra de la premiada trayectoria de la artista se expone la escultura «Ángeles en Nueva York», que fue premio de escultura en Beziers, Francia, en 1994.
También figura el conjunto escultórico que Teresa realizó en 2012 para el voluntariado de la Cruz Roja titulado «Ligera de equipaje».
La exposición pone de relieve las inquietudes de la artista, patentes en temas feministas y reivindicativos, como las pequeñas esculturas hechas sobre zapatos con los títulos «Ni un paso más», «Última conversación» y «Tacones lejanos».
Otra temática muy importante en la vida y la obra de Teresa es la maternidad, espléndidamente representada en las preciosas esculturas «Maternidad en rosa», «Preparando un mundo nuevo», «La familia del pescador» y la carátula «Mater».
Y como representación fantástica y simbólica de otro concepto de mujer, la figura de la sirena aparece reiterada en un par de esculturas.
«La sirena» versificada por Juan Antonio Urbano
Finalmente, en lo que se refiere a figuras femeninas, haremos una alusión a la mujer que lee, la cual aparece en una preciosa figura sedente con el título «Poetisa de los siete vientos».
A ese poema se fueron sumando otros que Teresa ha ido recopilando a lo largo de estos últimos cuatro años. Algunos se insertan en la propia escultura que abraza libros y poemarios entrelazados con cintas rojas con los que la artista quiere simbolizar los «lazos de sangre» que dan título a su exposición.
Es el caso del último poemario Cuaderno de blues, del Director Adjunto de El Cantarano Francisco Mas-Magro, que se puede ver anexo a la escultura titulada «Esa pena negra». Otros autores colaboradores de El Cantarano cuyos versos acompañan la exposición son Ágora Reix, Juan Antonio Urbano y la propia Teresa Cía, que dedica un poema titulado «Mujer eterna» a una de sus esculturas.
En una exposición artística tan enraizada en lo literario no faltan guiños y homenajes a obras literarias universales, como la escultura dedicada a Salvador Gaviota, personaje protagonista de la novela universal de Richard Bach; o el conjunto escultórico en recuerdo de un autor alicantino al que se homenajeó recientemente en ocasión de su centenario: Rafael Azuar, recogiendo la dedicatoria de uno de sus libros que contiene un poema que el escritor dedicara a la artista en su adolescencia.
No hay que olvidar que Teresa Cía, además de artista plástica, también es poeta.
La presencia familiar es importante, por una parte, en el recuerdo del padre artista, del que se exhiben catálogos: José Antonio Cía, creador del reflexismo; por otra, de los descendientes que han heredado facetas artísticas, como su hija Ana Alós, que dedica a su madre un emotivo poema.
Y esta presencia familiar se subraya mediante una propuesta rupturista: lo que podríamos denominar «esculturas textiles» fabricadas con cojines donde se presenta el árbol genealógico de la artista y su relación de pareja.
Finalmente, señalar la pequeña escultura «Ruedas dentadas» dedicada a los rotarios que no es sino la maqueta de la gran escultura que se colocará en un lugar público, al aire libre, de San Juan (Alicante). Una espectacular propuesta que recoge el símbolo rotario acompañado de una figura angelical que sería la firma de la artista, la que dota de identidad y originalidad a la reproducción del símbolo rotario.
En conclusión, las esculturas son todas bellas, sugerentes, interesantes cada una en su estilo. En cuanto a los versos, son diversos, al corresponder a autores tan variados. Lo que les une y armoniza es la admiración y reconocimiento por la maravillosa obra escultórica de Teresa Cía.
Fotografías de Antonio Arce y Consuelo Jiménez de Cisneros