Es triste la noticia, muy triste.
Ya no tendré la oportunidad de hablar más con ella.
Es triste la noticia, muy triste, que el Señor se la haya llevado ¡Tan joven!
¡Tenía tanto que decir, todavía!
Mis recuerdos se han ido con ella.
Su sonrisa quedará siempre en mis ojos.
Y yo sonreiré, de sus momentos gratos.
Su estela de amigos.
Su generosidad, quedará en Alicante.
Como prueba de su bondad y carisma.
Ella amaba con lealtad, comunicaba amor.
Ya no estarás triste, estarás en los cielos, viendo la savia de la verdad.
Tu espíritu, estará entre las nubes, velando por tus seres queridos.
¿Y te preguntarás, porqué me he ido?
Que el Señor, en tu postrer suspiro,
te haya acogido en su seno y te haya bendecido.
Porque tu alma y tu espíritu, ya están en el cielo.
De Carmen Amérigo
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