CUANDO EL CAMINO SE ACABA de José Castellà

Reseña de Consuelo Jiménez de Cisneros

Hay escritores a los que conoces a través de otros escritores, en una mágica sucesión de encuentros. Eso me ha ocurrido con el poeta José Castellà, nacido en Tortosa y residente en Alicante, con quien he contactado por nuestra común amiga, la novelista Maruja Moyano. José Castellà se considera autodidacta en la poesía, puesto que ha dedicado su vida profesional a menesteres bien distintos, pero ya lleva una ruta poética acreditada con este su segundo poemario (publicado en 2020 en la editorial letradepalo) y tiene en camino un tercero al que estoy preparando un prólogo. De los poemas inéditos que van a constituir ese tercer poemario, hemos publicado uno en nuestro blog de mayo.

Su libro Cuando el camino se acaba empieza con la cita de un grande y querido poeta nicaragüense, Ernesto Cardenal, con quien coincidí espiritualmente en Nicaragua, donde tuve la oportunidad de leer in situ su biografía y pasearme por los lugares que él describía: una sola vez viviste, pensaste, amaste.Y esa reflexión le llega al poeta «cuando el camino se acaba», y sus versos constituyen una suerte de fe de vida, un nerudiano «confieso que he vivido».

Cuando el camino se acaba se abre, visualmente, con una fotografía en la portada donde vemos a quienes parecen ser abuelo y nieto cogidos de la mano, caminando por uno de esos senderos invisibles de nuestros montes, de esos que «se hacen camino al andar», como diría Machado. El camino se acaba para unos, pero empieza para otros. Es una victoria de la esperanza y de la continuidad inmarchitable de la vida.

El poemario, prologado por José Tovar, está dedicado «A mi familia», esa raíz que nos ancla al camino y a la vez nos despega para que dejemos paso a quienes vienen detrás. A lo largo de sus páginas hallamos un repertorio de versos de variada textura, donde el poeta parece querer explorar todos los caminos de la lírica, incluso aquellos menos transitados que suponen un reto compositivo: el centón, el haiku, el juego de palabras, el verso libre, el poema largo, enumerativo y el micropoema. Numerosos y variados poetas y autores apadrinan cada poema con sus versos o sus reflexiones: León Felipe, Luis Cernuda, Joan Margarit, Ángel González, Eladio Cabañero, José Ángel Valente, María Beneyto, César Vallejo, Carmen Martín Gaite, Blas de Otero, José Hierro y otros más, lo que da idea de la variada erudición lectora del poeta y de sus plurales gustos y preferencias.

Despedimos la reseña con estos bellos versos:

Las lágrimas nunca pueden hacer un río,

y la vida no ha de ser agua entre las manos

que se va en unos instantes. (p. 67)

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