ACTIVIDADES EN MAYO Y JUNIO. HOMENAJE A JOAQUÍN SANTO EN LA SEDE UNIVERSITARIA CIUDAD DE ALICANTE

Redacción de El Cantarano.

Mayo comenzó (el día 2) con la presentación del libro «Vejez activa», de Ignacio Buqueras y Bach, en el Real Liceo Casino de Alicante, de lo que dimos cuenta en el número anterior.

El día 9 del mismo mes tuvo lugar el esperado Homenaje a Joaquín Santo Matas efectuado en la Sede Universitaria Ciudad de Alicante al que dedicamos un espacio al final de esta reseña reproduciendo tres intervenciones de la mesa redonda.

El 14 de mayo, nuestro subdirector Francisco Mas-Magro estuvo firmando ejemplares de sus libros en la Feria del Libro de Alicante, en el Stand de la librería Cilsa. Previamente, el 28 de abril, había sido invitado a la Feria del Libro de Almería por su editora de Soldesol.

Francisco Mas-Magro firmando uno de sus libros a Carlos Galiana en la Feria del Libro de Alicante.

La Casa de Francia en Alicante mantuvo sus actividades (conferencias y conciertos) a lo largo de los meses de mayo y junio y en estos momentos prepara la fiesta del 14 de julio, de la que nos habla su Presidente, Carlos Galiana Ramos, en nuestra nueva sección «On parle français».

Ermita de Belén, en Liétor (Albacete). Al fondo se distingue el órgano positivo construido en 2009 por Didier Chanon. (Detalle de la foto enviada por Carlos Galiana Ramos)

El último martes de mayo, día 30, tuvo lugar la tertulia literaria habitual presidida por Alfredo Gómez Gil en el Casino de Madrid. En esta ocasión, el organizador fue también el poeta lector que deleitó a los asistentes con sus versos más críticos e irónicos debidamente comentados.

Alfredo Gómez Gil leyendo sus versos en el Casino de Madrid.

Y para terminar el año académico, el 12 de junio, en el IES Thader de Orihuela tuvo lugar un encuentro, promovido por la escritora y profesora Luisa Pastor, de Consuelo Jiménez de Cisneros con sus jóvenes lectores sobre el cual se publica reseña de Luisa Pastor en nuestra Portada.

HOMENAJE A JOAQUÍN SANTO EN LA SEDE UNIVERSITARIA CIUDAD DE ALICANTE

El día 9 de mayo, coincidiendo con los seis meses del fallecimiento de Joaquín Santo Matas, se le dedicó un homenaje en la Sede Universitaria Ciudad de Alicante cuyo programa adjuntamos, así como el enlace para poder verlo, ya que se grabó en directo: https://youtu.be/d22aWWutrL0.

Con la Sala Altamira llena a rebosar, hubo que disponer del Aula Institucional, desde el cual se podía seguir en directo el evento (gracias al streaming), para dar cabida a todas las personas interesadas en rendir su reconocimiento póstumo a ese gran alicantino y excelente persona que fue Joaquín Santo. El acto se desarrolló como estaba previsto en el programa. La actuación del grupo lírico Unbeldí Sisters al principio y al final del evento fue muy aplaudida, así como los emotivos discursos de los ponentes (en orden de intervención): Jorge Olcina, Consuelo Jiménez de Cisneros, Francisco Mas-Magro, Vicente Ramos y María José Caparrós. La Sala Altamira se llenó y hubo que habilitar el Aula Institucional 

Reproducimos las intervenciones de tres integrantes de la mesa redonda en el orden en que se presentaron. Agradecemos a Jorge Olcina, director de la Sede Universitaria, su autorización para publicar anticipadamente estos textos en El Cantarano, ya que serán también recogidos en el libro que se prepara desde la Sede con las conferencias de Joaquín Santo.

JOAQUÍN SANTO MATAS, HUMANISTA ALICANTINO

Consuelo Jiménez de Cisneros y Baudin

Buenas tardes. Un saludo a todos los asistentes y de manera especial a quienes me acompañan en esta mesa: el Director de la Sede Universitaria Ciudad de Alicante, Jorge Olcina, quien desde el primer momento apoyó la idea de organizar un homenaje en este lugar emblemático de la cultura alicantina que era, podríamos decir, la segunda casa de Joaquín Santo. Los amigos de Joaquín y de María José, los médicos Francisco Mas Magro y Vicente Ramos, y su mujer, María José Caparrós.

Quiero también saludar de manera especial al grupo Unbeldí que nos ha deleitado con su emotiva interpretación y que actuarán de nuevo al finalizar nuestra mesa redonda para poner el broche de oro a este homenaje.

Diversos motivos me mueven a estar aquí esta tarde: en primer lugar, el obligado reconocimiento a una figura esencial en la cultura alicantina de los últimos tiempos como lo es Joaquín Santo Matas. En segundo lugar, el hecho de haber coincidido con Joaquín en eventos e instituciones, de manera señalada en esta sede universitaria, y el haber colaborado con él en diversos proyectos e iniciativas. Y en conclusión, mi aprecio por su persona y su obra.

Hasta la fecha se le han dedicado tres homenajes: el primero en la Biblioteca Ramón Llull del Campello, donde el Consell de Cultura Valenciana hizo una reunión especial a principios de este año (el 27 de febrero) homenajeando de manera conjunta a Joaquín Santo y a Rafael Altamira, unidos también en esta Sede y en esta Sala donde tantas veces Joaquín impartió sus conferencias. Los dos siguientes homenajes consistieron en dos conciertos organizados por dos reconocidas entidades culturales alicantinas: el Instituto Juan Gil Albert, del que Joaquín Santo fuera director (de 2003 a 2009) y el Ateneo, que le distinguió con su Medalla de Oro. No podemos olvidar la faceta de melómano de Joaquín y su relación con el Auditorio de la Diputación, que ha sido la sede de ambos conciertos. Sin duda, la música resulta muy apropiada para recordarlo, pero también es necesaria la palabra. Y me parece que esta es la primera mesa redonda que se le dedica a su vida y su obra, y de manera especial a su relación de colaboración con esta Sede Universitaria.

He titulado mi intervención «Joaquín Santo Matas, humanista alicantino» porque, por definición, un humanista es aquel que se ocupa del estudio de las Humanidades, en concreto de los clásicos grecolatinos, su filosofía y sus valores. Por extensión, un humanista en quien aplica valores humanos a su postura frente a la vida. Humanista es también quien se interesa por las letras y las artes, un rasgo que seguramente es el que mejor define a Joaquín Santo: historiador, escritor, divulgador, gestor y amante del arte: en concreto, apasionado de la música, como hemos tenido ocasión de comprobar en las presentaciones de los dos conciertos que se han dedicado; y de la pintura, según testimonios de un elevadísimo número de pintores alicantinos cuyas exposiciones ha promovido o presentado.

Y finalmente, desde una perspectiva popular, el sustantivo humanista se relaciona semánticamente con humano, una cualidad que todos han resaltado en Joaquín Santo, independientemente de que fueran de la misma o de distinta ideología. Pues no debemos olvidar que su faceta de político es también inseparable de su persona y una más de las que configuran su personalidad tan rica y plural. He puesto junto al sustantivo humanista el adjetivo alicantino no solo porque Joaquín sea originario de Alicante, sino porque como todos sabemos y ya se ha reiterado, su alicantinismo, tan presente en sus quehaceres y en su obra, fue una de sus señas de identidad.

Joaquín Santo Matas nació en Alicante el 11 de septiembre de 1953 y falleció también en Alicante el 9 de noviembre de 2022. Cursó la carrera de Filosofía y Letras en Alicante y Barcelona, especializándose en Historia. Ese fue el inicio de una trayectoria densa, repleta de cargos y responsabilidades. Y polifacética, por su multiplicidad de intereses y actividades. Como ya hemos mencionado: periodista, escritor, historiador y divulgador, fue Diputado de las Cortes Valencianas a lo largo de las dos primeras legislaturas (1983-1991) y fue su primer presidente de la Comisión de Sanidad. En 2000 formó parte del Patronato de Cultura Municipal de Alicante. Fue Director del Instituto Juan Gil Albert desde 2003 a 2009. De 2011 a 2015 fue asesor de Cultura de la Diputación de Alicante y coordinador de los conciertos del Auditorio de la Diputación. En 2012 fue coordinador de la obra 100 años de la Banda Sinfónica Municipal de Alicante y en 2016 se le nombró primer presidente de la Orquesta Filarmónica de Alicante.

Fue asesor artístico de la Casa de Cultura de El Campello y formó parte de la comisión científico-artística del Consorcio de Museos de la Comunidad Valenciana. En 2013 se le nombró Académico correspondiente de la Real Academia de Cultura Valenciana, ingresando con una lección magistral sobre «La luz de Sorolla y Alicante» en 2014, lección que cobra especial relevancia en este año 2023 en que recordamos a Sorolla por el centenario de su fallecimiento. En 2015 se le concedió el Premio Hermes Comunidad Valenciana a la Comunicación por su labor divulgadora de la cultura durante cuatro décadas en prensa, radio y televisión. Fue elegido Vocal del Consell Valenciano de Cultura en 2018. Formó parte de la Directiva del Real Liceo Casino de Alicante. Como político, siempre estuvo ligado a la cultura. A lo largo de todos estos años militó en las filas, primero de Alianza Popular, luego del Centro Democrático y Social y finalmente, del Partido Popular.

Como escritor, es autor de numerosos artículos, los textos de sus conferencias, que en algún momento todos los presente hemos escuchado y disfrutado, y libros relacionados siempre con su tierra alicantina, su historia y sus personajes, entre los que podemos citar títulos como ‘Historia de la Sociedad del Canal de la Huerta de Alicante 1907-2007′, ’30 alicantinos al servicio de la Humanidad’, «50 años de Historia de Alicante», «El Campello, Municipio del siglo XXI», «Páginas estelares de la Historia de Alicante», «Canalejas y Alicante», «Eleuterio Maisonnave», «Alicante, 1939» «Opúsculos Alicante paso a paso» «Moros y Cristianos» «Hogueras de San Juan».

Como podemos observar por los títulos que acabo de mencionar, Joaquín era, antes de nada, un alicantino amante de su tierra que, desde su condición de historiador, divulgador y conferenciante, puso al alcance de todos sus paisanos a las figuras más relevantes de nuestro ámbito: políticos, artistas, próceres, científicos… Y lo hizo con sencillez y pasión, a la par que con un rigor y una amenidad insuperables. Dice Ortega que la claridad es la cortesía del filósofo, y la claridad y la capacidad de conectar con el público eran las mejores armas de Joaquín Santo, a lo que se unía su profundo conocimiento de los biografiados, el orden y precisión en su exposición, las referencias bien documentadas. Los que acudíamos a escucharle, siempre un público numeroso, no nos cansábamos de oírle, porque además tenía la gracia de insertar anécdotas divertidas, todas ellas memorables, junto a pinceladas emotivas y humanas de las vidas que nos presentaba.

Entre las anécdotas recuerdo una que contó en esta misma sala, referida a Eva Perón. Y la voy a contar para que se vea hasta qué punto conjugaba Joaquín el humor con el rigor histórico. En su famoso viaje por España y estando en Barcelona, Evita se empeñó en hacer cierta visita que al gobernador civil no le pareció apropiada, con lo cual se lo consultó al jefe del estado, el generalísimo Franco, como se le llamaba entonces. «¿Permito que vaya o no?» preguntó ansiosamente el pobre gobernador. A lo que Franco, con su proverbial sorna gallega, envió un telegrama en estos términos: «Evita que vaya», lo cual podía interpretarse tanto como una invitación a que fuera como una orden a evitar que fuera.

Sus conferencias que aunaban la investigación y la divulgación fueron la actividad que le hizo más popular y apreciado entre el público alicantino. De mi memoria no se borra cuando tuve ocasión, por vez primera, de escuchar una de esas conferencias. Fue en el ámbito cultural del Corte Inglés y fue sobre Trinitario González de Quijano, como todos saben, gobernador civil de Alicante en el siglo XIX que murió contagiado durante una epidemia de cólera. Todavía recuerdo que en el coloquio le pregunté por qué la iglesia no había canonizado a un hombre que dio la vida por sus conciudadanos de manera tan generosa y que fue un político ejemplar. Me respondió que, probablemente, por su condición de liberal.

En esta sede en la que ahora nos encontramos y en este mismo salón recuerdo haberle preguntado, durante el coloquio de una de sus múltiples conferencias, cuándo se iba a editar un libro que recogiera ese tesoro de sus conferencias biográficas. Estaba presente el Director de la Sede que hoy nos acompaña, quien aseguró que era una propuesta que se estaba trabajando. Hasta seis ciclos de alicantinos ilustres tuvo ocasión de impartir en esta Sede, así que la obra, si se edita como es de esperar, será enciclopédica.

Al principio hablaba de las coincidencias que tuve con Joaquín en diversos ámbitos de la cultura alicantina. En primer lugar, hay una razón que me mueve a sentir un agradecimiento imperecedero porque él forma parte de mi bibliografía literaria más querida, ya que él fue quien promovió la edición de mi doble poemario Aquella luz, aquellas sombras y 24 sonetos en la colección de poesía del Instituto Juan Gil Albert, institución de la que entonces era director. Corría el año 2008, Joaquín y yo no nos conocíamos en persona, yo había estado nueve años fuera de Alicante -desde 1997 hasta 2006-, y cuando me acerqué a ofrecerle mi poesía alentada por mi querido amigo el periodista Tirso Marín, me sorprendió gratamente la rapidez con la que Joaquín me comunicó que se publicaría. Así pues, Joaquín será siempre para mí el editor de uno de mis libros más queridos y difundidos, todavía activo en la Diputación de Alicante y que es casi mi tarjeta de visita y mi poemario favorito para el intercambio con otros autores.

El aprecio que Joaquín hacía de mi poesía se puso de relieve durante los homenajes al doctor Balmis que tuvieron lugar a lo largo de 2019, con motivo del bicentenario de su fallecimiento. Balmis es un personaje sobre el que Joaquín pronunció varias conferencias inolvidables. Y en ocasión de esos eventos, leyó en público, al menos en dos ocasiones que yo sepa, una tetralogía de sonetos que yo dediqué a ese insigne médico alicantino. Conservo toda la correspondencia -ahora por correo electrónico- que mantuve con Joaquín a lo largo de estos años y recuerdo que en una ocasión en que yo no pude asistir me escribió: Leí tus cuatro sonetos intercalados con el texto y gustaron muchísimo.

También se interesó por la figura de mi abuelo, Daniel Jiménez de Cisneros, que aunque no nació en Alicante, pasó aquí la mayor parte de su vida y dedicó a estas tierras gran parte de su trabajo científico. Conservo un correo de Joaquín fechado el 7 de marzo de 2019, que fue el año de la exposición de Crevillente que se ha convertido en permanente, donde Joaquín me escribe: Yo encantado de participar en este Simposio sobre tu abuelo. Tal vez lo más idóneo sería hablar de ‘Alicante en los tiempos de Daniel Jiménez de Cisneros’ ya que tendré que buscar y tú aportarme datos sobre el mismo. Lamentablemente, sus muchas obligaciones le impidieron participar en ese evento. Sin embargo, tuvo ocasión de visitar la exposición dedicada a mi abuelo y así me lo escribe: Vi la exposición con el crevillentino Paco Mas Magro. Nombré a tu abuelo en el informe que hice para el CONSELL VALENCIÀ DE CULTURA sobre el yacimiento de Cabezo Redondo de Villena del que él habló en la Geografía General del Reino de Valencia.

Joaquín abarcaba tanto, que a veces le era imposible culminar todos sus proyectos. En otro correo me comenta: Guardo sin publicar la biografía que me encargaron de José Ramón García Antón, el conseller alicantino del agua, marido que fuera de Luisa Pastor. Finalmente quedó el proyecto en nada y están distribuidas hasta las fotos de álbumes familiares. Son muchas páginas e imágenes. No sé si para el gran público tendría interés. Cuento estos detalles porque creo que completar, en la medida de lo posible, una labor tan amplia y minuciosa es una tarea que debería realizarse y yo desde luego apoyaría cualquier propuesta que se hiciera en ese sentido.

Ahora voy a pasar a comentar otras coincidencia que me han unido a Joaquín en diversas instituciones. Recién jubilada, me incorporé durante un curso a la sección de cultura del Real Liceo Casino de Alicante, presidida por Joaquín Galant, y en la Junta Directiva coincidí con Joaquín Santo. Recuerdo aquellas reuniones en el Casino que solían ir acompañadas de conversaciones al margen donde Joaquín mostraba su enorme disponibilidad para toda clase de propuestas culturales, su buen hacer y su buen criterio, su capacidad de escucha y su sentido del humor. Allí también tuve ocasión de conocer a su esposa María José y guardo un grato recuerdo de aquellos encuentros.

Desde hace un par de años colaboro como conferenciante con el grupo GEA (Grupo de Estudios Alicantinos) del que Joaquín formaba parte y que le publicó su libro Páginas estelares de la Historia de Alicante, basado en una de sus conferencias. Libro que apareció en 2015 y se reeditó en 2021, del que adquirí tres ejemplares porque quería que mis hijos también lo tuvieran. En la revista digital El Cantarano publiqué una reseña de ese libro donde decía lo siguiente: Es muy de agradecer el contar con un panorama esencial de la historia de Alicante, redactado en el estilo fácil y ameno del autor, un gran comunicador. Además del repaso a la historia local, pulcramente ordenado con el criterio cronológico habitual en la materia, el autor añade otros amenos capítulos, como el dedicado a brevísimas reseñas de una selección de alicantinos ilustres, capítulo siempre abierto, o el titulado «Frases sobre Alicante». Una concisa bibliografía sirve de conclusión. Como es habitual en el autor, curiosidades y anécdotas esmaltan su obra, resaltando los comentarios sobre «Escudos y títulos», cuestión a la que dedica un capítulo.

Y para concluir, en esta Sede que nos acoge, en el año 2019, Joaquín compartió conmigo y con otros estudiosos el simposio homenaje que hicimos a Vicente Ramos en su centenario. Por cierto que en esta mesa nos acompaña su hijo del mismo nombre. Joaquín pronunció la conferencia inaugural que precedió a las mesas redondas. A la hora de organizar ese simposio, estimé que Joaquín era la persona que debía abrir el homenaje por su condición de biógrafo excepcional de las figuras alicantinas de la cultura, en lo cual también coincidía con el homenajeado.

Pasar por esta vida dejando la más feliz de las memorias y una unanimidad casi única en el aprecio de toda clase de personas es privilegio de muy pocos. Uno de ellos es, sin duda, Joaquín Santo Matas.

Joaquín Santo Matas y Consuelo Jiménez de Cisneros en una de sus intervenciones en la Sede Universitaria Ciudad de Alicante.

MI RECUERDO DE JOAQUIN SANTO MATAS

Francisco Mas-Magro y Magro

Querido profesor Jorge Olcina, Catedrático de Análisis Geográfico Regional en la Universidad de Alicante, director de esta Sede Universitaria.

Querida profesora Jiménez de Cisneros, ensayista, poeta y compañera en esa aventura que es la Fundación El Cantarano, que hace honor a ese alicantino nacido en Caravaca (Murcia), el Catedrático Jiménez de Cisneros, tu abuelo, Consuelo.

Querido Vicente Ramos, casi hermano en la amistad, sí amigo en la hermandad.

Querida María José Caparros. Compañera inseparable de Joaquín.

La muerte de Joaquín nos ha tocado a todos. A ti, a mí. Nos ha apretado el alma a todos los alicantinos. Nos ha ceñido el luto a quienes conocíamos a Joaquín Santo, le seguíamos, le queríamos como un amigo. Nos ha estrechado el camino de esta vida a quienes lo admirábamos y en él confiábamos. Pero también a los que no lo conocían. Incluso a los que disentían de él.

Dicen que el aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo. Este proverbio chino se pregunta: ¿Es posible que la aletada de una mariposa en Sri-Lanka pueda provocar un huracán en EE.UU? Y el matemático y meteorólogo Edward Lorenz lo estudia, elevando la poesía del proverbio chino a la altura de una teoría, la teoría del caos. Del mismo modo, el vacío que la muerte de Joaquín ha provocado entre nosotros, sin duda, no solo afecta a los que cerca de él hemos compartido sus inquietudes, también al resto del pueblo alicantino; de la cultura alicantina y, por extensión, de la cultura de nuestra Comunidad Valenciana de la que formó parte activa en cuerpo y ahora se une a ella en alma.

El lunes 8 de marzo de 2021 había impartido Joaquín una conferencia en esta Sede Universitaria: “José Iváñez Baldó, Un arquitecto frente al caos urbanístico del desarrollismo alicantino”. Una conferencia que había acaparado mi máxima atención. Joaquín fallecía el día 9 de noviembre de 2022. El miércoles día 9. Dos días después, en el escaparate de la librería Cilsa, pude comprobar que su último libro, libro que no dudé en adquirir, era la materia prima de esa conferencia. Este libro se presentó, con la debida gala, en el Colegio de Arquitectos de Alicante, unos días después.

Hablamos de Joaquín Santo, el historiador. De Joaquín, Diputado en las Cortes Valencianas. Recordamos a quien fue Director del Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert, con absoluta dedicación y sobresalientes resultados favorecedores de la cultura de la provincia. Este hombre, Joaquín Santo, que fue asesor de Cultura del Presidente de la Diputación de Alicante, es el amante de las artes a las que dedico su vida. Por ejemplo a la música, una de las llamadas Bellas Artes, una de las mayores formas de expresión artística desde tiempos ancestrales.

Recordamos en Joaquín al Académico correspondiente de la Real Academia de Cultura Valenciana. En definitiva, recordamos a Joaquín… Sin más palabras. Esta persona afable, amiga de sus amigos. Defensor de todo lo alicantino. Y esta defensa de lo nuestro es lo que le unió a mí. Por una razón, una razón muy personal. Un motivo que enraíza en el profundo amor que ambos profesamos a lo alicantino.

Esa garantía de lo alicantino le hizo erigirse en baluarte defensor de la figura de mi abuelo, el Dr. Mas y Magro, propuesto al Nobel de Medicina en 1953. Sin duda. La placa conmemorativa del centenario del nacimiento de Mas y Magro, esa placa que sigue expuesta en la fachada del edificio donde Mas y Magro, mi abuelo, vivió y desarrolló sus trabajos, esa placa se gestó bajo el amparo de la asociación ADIA (Asociación Defensora de los Intereses de Alicante), quiero decir de Joaquín Santo, y se descubrió un 8 de febrero de 1979, con la presencia de los alcaldes de Crevillente, Emilio Muñoz, y el de Alicante, José Luis Lassaleta. Allí estábamos la familia al completo, con Antonio García Maylin y el presidente del Colegio de Médicos de Alicante. También estaba el Dr. Carlos Mazón, defensor a ultranza de la figura de mi abuelo. Mi amigo Carlos, padre del actual Presidente de la Diputación.

Mi abuelo, el ilustre doctor Mas y Magro, dos veces Premio Roel, del Instituto Medico Valenciano, Premio Couder de la Real Academia de Medicina de España, fue el motivo que nos unió a Joaquín, a María José y a nosotros. Mi padre, como eslabón que facilitara la Tesis doctoral de María José Caparrós. La Doctora Caparrós.Ya me contaron repetidamente, María José y Joaquín. Los avatares de la tesis doctoral de la doctora Caparros, tragicomedia que no desarrollo en este acto por no alargar esta mi participación.

Como hay vida después de la vida, sé que Joaquín sigue presente entre nosotros. Es un alicantino presente en la otra dimensión. Hace una semana, el Ateneo del Colegio Oficial de Médicos de Alicante ofreció una muy interesante conferencia del naturalista y ecologista, director de series de televisión sobre la naturaleza, Luis Miguel Domínguez. Luis Miguel Domínguez nos habló de la “vida después de la vida”, como un valle verde en el que se “sentían” las vidas en forma de amalgama espiritual. A su modo, estaba describiendo lo que los cristianos llamamos “Comunión de los Santos”, ese lugar que comparte con nosotros la otra vida de las almas.

A pesar de las dudas que puedan suscitar estas afirmaciones, puedo intuir que ese lugar no está lejos, como pensamos. Y probablemente, Joaquín se encuentre aquí entre nosotros, sentado en ese sillón que ha quedado vacío en la mesa. O allí con todos ustedes… Y lo afirmo, porque se nota su presencia. Porque su eternidad se encuentra ahora acompañando nuestro homenaje. Y por lo que he dicho: Aprovecho la ocasión para enviarle un abrazo y nuevamente darle las gracias, ¡gracias Joaquín!, por su entrega a nuestra Provincia de Alicante y a nuestra Comunidad, que es el Reino de Valencia.

A MI AMIGO JOAQUÍN SANTO

Vicente Ramos Moya

Querida Mª José. Ilustre Director del Aula Universitaria de la Universidad de Alicante, Don Jorge Olcina. Generoso Pueblo de Alicante. Amigo Joaquín Santo Matas, dignísimo alicantino representante de los últimos bastiones en defensa de la amada tierra nuestra tan deseada por unos y otros.

Conozco al escritor y humanista Joaquín Santo Matas y a María José, su esposa querida y colega mía, a través de mis padres que mantuvieron durante muchos años una fluida y cordial amistad. No voy a entrar en detalles, ni por mi familia ni por la de Mª José y Joaquín, pero algo diré.

Joaquín fue un alumno de bachiller destacado de mi padre, que daba sus últimos años en los cursos adelantados de letras de los Hermanos Maristas cuando estaban en la Calle General Mola frente a la Diputación. Ahí empezó todo.

Tuvieron en común, Joaquín y Vicente, el amor a la tierra alicantina, al Reino de Valencia (título del que quieren desposeernos), a la cultura de sus gentes, a sus poetas, a sus costumbres, a sus escritores, descubrimientos, sabios y a la cultura de un pueblo vivo. Amó al arte en todas sus manifestaciones, como hemos dicho. Era un hombre global en su afán de conocer y transmitir sus hallazgos. Ambos lucharon por lo nuestro, por lo que secularmente ha sido nuestro, pero no contra nadie.

Joaquín relató las hazañas literarias de tantos autores desconocidos para rescatarlos del ostracismo y la ignorancia de sus obras: músicos y artistas que, gracias a su tesón, empeño y voluntad, hoy conocemos. Porque algo sabemos de D. Rafael Altamira y Jorge Juan pero… ¿y los otros? Hizo buena la frase de Donoso Cortés: “hay que unirse, no para estar juntos, sino para hacer algo juntos”. O de Dostoievski: “hay que querer hasta el extremo de alcanzar el fin; todo lo demás son insignificancias.”

Joaquín era una buena persona, accesible y generosa. Muchos piensan que la “gente buena” es fácil de convencer y un tanto dóciles de llevar. Y es justo lo contrario, la “gente buena” tiene sólidos principios y, en el caso de Joaquín, una personalidad bien asentada en su afán por la verdad y el trabajo, conceptos que son inseparables en los grandes hombres, con fundamentos humanos, morales y principios consistentes.

En psicoanálisis hablamos de “Yo esencial” de quien es uno, saber quién es uno. Conectar con esa parte que tenemos todos nos habla de “un ser mejores personas que nos permite tener una aceptación calmada de lo que nos rodea y de quienes somos nosotros mismos realmente”. Joaquín fue una persona enérgicamente empática, sabía quién era y sabía ponerse en la piel de los demás, todo con una sonrisa en la mirada y unas ofrendas en las manos. Su lema fue el Trabajo, el Estudio y el Amor.

Fue siempre fiel a sí mismo, lo cual facilitó que quienes teníamos el placer de escucharlo y estar con él conectáramos con su “Yo esencial” manteniendo nuestro diálogo interno y nuestros valores y relaciones intactas. No era nada intrusivo, nos hacía crecer y ser más libres y valiosos. Ahí está su trabajo bien hecho, para hermanarnos a nosotros mismos con las fecundas raíces de nuestra tierra y nuestro ser.

Relacionarme con Joaquín en el Palacete de Gadea, en la calle o en los viajes a Valencia con mis padres y su amada esposa Mª José, me hizo tomar cada vez más conciencia de la loable valoración que de él se hacía. Y lamentaría profundamente que no se le haya dado el justo reconocimiento que ha merecido a lo largo de su vida.

Su personalidad enorme está caracterizada:

-Decididamente por su curiosidad: quiso aprender más y mejor y adentrarse en esa gran aventura del aprender y enseñar.

-También por su claridad e inteligencia. Hace una buena lectura interna de cómo se sentía y encontraba con gran definición, con gran finura.

-Y en fin, su valor y la creatividad: esto lo definía. Era un hombre decidido a acometer empresas difíciles sin temores ni mojigatería.

Él siempre se ha sentido parte de los demás, y nosotros, o al menos yo, me siento parte de él. Su vida no fue de luces, candilejas, resplandores ni focos siempre, aunque los tuvo, brillantes y no pocos. Vivió momentos oscuros, decepciones, tristezas y me viene a la cabeza una frase de Einstein a los pacifistas, precisamente. Dice el sabio: “justamente los seres de más valor son objeto de la destrucción por parte de esa maquinaria tras la que se esconden grandes poderes: la imbecilidad, el temor y la codicia”.

No debemos olvidar que los alicantinos somos herederos de un legado de proporciones gigantescas. Descendientes de hombres y mujeres que han empleado su vida, como Joaquín, en expandir y acrecentar ese legado y costumbres. Y nosotros tenemos, como pueblo heredero legítimo, la misma misión y es la de conocer y dar a conocer el valor de ese inmenso legado.

Nuestro origen telúrico y espiritual de esta Santa tierra tan teñida de amor y odio la hemos de trabajar para que triunfe el amor y la lealtad, el trabajo y la libertad. Que empleemos nuestros recursos en estos menesteres. Antes de Joaquín muchos lo hicieron y, al igual que él, sufrieron por ello.

Yo, desde mi posición de amigo y conocimiento de Joaquín Santo Matas, pido que sus enseñanzas, libros, virtudes personales sean expandidos como si de un Huracán de Humanidad se tratara, provocando una explosión que nos lanzara a la cara ese rostro sabio, bondadoso, sonriente, en espera de reconocimiento con el que nos hablaba, ejemplo imperecedero para Alicante y los alicantinos.

Gracias, Joaquín, por tu existencia.

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