14 DE DICIEMBRE, FIESTA DE SAN JUAN DE LA CRUZ. Patrono de los poetas de lengua española

Autor: Julio Calvet Botella

El 8 de marzo de 1993, la Secretaría de Estado Pontificia emitía un Breve Apostólico, el Inter preclaros poetas, por el que el Papa Juan Pablo II proclamaba a San Juan de la Cruz “Patrono de los poetas de lengua española”.

San Juan de la Cruz, en el siglo Juan de Yepes Álvarez, nace el día 24 de junio de 1542 en Fontiveros, población situada en la provincia de Ávila y delimitada por Madrigal de las Altas Torres, Arévalo y Ávila, y muere en Úbeda, en la provincia de Jaén el día 14 de diciembre de 1591. Es hijo de Gonzalo de Yepes, natural de la villa de Yepes, y de Catalina Álvarez, nacida en Toledo. En su niñez paso grandes penalidades a causa de la pronta muerte de su padre, que era un humilde tejedor, y de uno de sus hermanos, Luis. Una vez viuda, la madre se traslada a Medina del Campo y a los nueve años Juan de Yepes ingresa en el colegio de la Doctrina para niños pobres. Ejerce diversos oficios y en 1563 ingresa en los Carmelitas de Medina con el nombre de Juan de Santo Matías. Desde el año 1564 a 1568 estudia en la universidad de Salamanca, donde se ordenó sacerdote en 1567. Ese año, Santa Teresa de Jesús le impulsa a reformar la Orden Carmelitana entre los varones, de la misma forma en que ella se está dedicando a reformarla entre las monjas.

Es entonces cuando cambia su nombre por el de Juan de la Cruz y se dedica, siguiendo a Santa Teresa de Jesús, a la reforma de la orden y afianzamiento de los “descalzos”, o “descalzados”, siendo así reformador y cofundador de la Orden de los Carmelitas Descalzos junto con la Santa de Ávila. Con ella funda los conventos de los carmelitas reformados de Duruelo (1568), Pastrana, Alcalá de Henares, La Roda, Granada, La Peñuela, Sevilla, Almodóvar del Campo, El Calvario, Baeza, Valladolid, Salamanca, y Lisboa (1582), lo que le convierte también en un santo andariego.

Desde diciembre de 1577 a agosto de 1578, San Juan de la Cruz, al enfrentarse con los Carmelitas “calzados”, por causa de su reforma, sufre reclusión en la prisión conventual de los Carmelitas Calzados de Toledo, donde sufre vejaciones y maltratos, y es ahí, en la oscuridad de la celda, cuando siente el inicio de su “ascensión mística”, desde esa oscuridad hasta la luz y la fusión con el Creador.

Ya en libertad y tras cambiar en diversos destinos y tener relevantes cargos en el seno de la Orden, como Vicario Provincial de Andalucía, Prior de Granada, Definidor y tercer Consejero del Consejo General en Segovia, es destinado a Andalucía, donde fallece en Úbeda a las 12 de la noche del 13 al 14 de diciembre de 1591, cuando contaba 49 años de edad, siendo enterrado en dicha ciudad jienense.

En 1675 es beatificado por el Papa Clemente X y en el año 1726 es canonizado por el Papa Benedicto XIII. En 1926 el Papa Pío XI le designa como uno de los 36 Doctores de la Iglesia universal.

En mayo de 1993, el Papa, Juan Pablo II, hoy elevado a la santidad, le nombra Patrono de los poetas de lengua española. Y es un alto honor para todos los poetas de lengua española de los dos continentes, tener como Patrono al gran poeta español, San Juan de la Cruz.

Debemos recordar que San Juan de la Cruz, además de un fraile entregado a su misión, es un gran escritor y sobre todo un altísimo poeta, dentro del misticismo más elevado. El propio Menéndez y Pelayo llego a decir que San Juan de la Cruz “cantó en versos, de fijo superiores a todos los que hay en castellano, los secretos escondidos de la vida sobrenatural”.

Su aportación a la historia del misticismo se encuentra en sus poemas Subida al monte Carmelo, Noche oscura del alma, Cantico Espiritual y Llama de Amor Viva, donde se define la experiencia íntima de la divinidad. No es mi intención hacer un juicio literario o espiritual del gran poeta místico, que es sin duda un ejemplo de espiritualidad y un grandioso poeta, pues mucho se ha escrito sobre su Cántico espiritual. Tampoco lo haré respecto de las sublimes palabras que van vertebrando sus versos. Sí recordaré que junto a sus obras fundamentales, San Juan de la Cruz, escribió otras canciones místicas como son El pastorcico, los Villancicos y Letrillas y las Coplas y Glosas a lo divino, con todo lo cual, es indudable que su producción poética alcanza una universalidad del sentimiento hacia lo divino.

A mí me produce como una especie de escalofrío espiritual cuando leo una y otra vez, los primeros versos de las Canciones del alma, de San Juan de la Cruz, cuando nos dice:

En una noche oscura / con ansias en amores inflamada, / ¡oh dichosa ventura! / salí sin ser notada, / estando ya mi casa sosegada.

Un gran poeta, biógrafo e ilustre escritor, José Antonio Sáez, me ha hecho el gran favor de hacerme llegar un libro extraordinario. Se titula “Poetas por el espíritu”, y es un ejemplar de la Revista Literaria “Batarro”, fundada por Diego Granados, y de la que José Antonio Sáez es miembro de su Consejo de Redacción, cuyo ejemplar se corresponde con el número 5-6, de la segunda época, enero-agosto 1991. Este ejemplar está dedicado al cuarto centenario del fallecimiento de San Juan de la Cruz, la “más alta figura de la mística española”. Los “Poetas por el espíritu” son un elenco de poetas extraordinarios que se enlazan en el libro con sus hermosos poemas.

José Antonio Sáez, además de escribir en este libro un prólogo o introducción, magnífico, me ha autorizado a reproducir el poema que ha escrito en ese libro para que lo pueda incluir en este comentario que yo he escrito en exclusiva para la Revista Digital “El Cantarano” -Literatura, Artes, Ciencia y Pensamiento-, en la que me ha invitado a participar la editora y poeta Consuelo Jiménez de Cisneros, y que como cierre de este trabajo, que es un homenaje a San Juan de la Cruz como Patrón de los poetas en lengua española, paso a reproducir:

ACCESO A UBEDA

Homenaje a San Juan de la Cruz.

Viajero que a Úbeda asciendes

sorteando lomas como senos flotantes:

no te tienten las formas,

los contornos suaves de estas olas de amor

que, con sabiduría arcana,

un azote de olivos, veleros vegetales,

navega milenario.

Cuídate de estas dunas que atraen

con el perfume intenso de su carne pálida;

y sortea, ferviente, los obstáculos

al clamor de tu paso.

No te detenga siquiera

el canto apacible de inquietantes sirenas

que, en su loco extravío

los sentidos anhelan; pues, no lejos

la hermosura aguarda,

como una virgen, sagrado desposorio.

Lo que en el tiempo ansiaste

con tanto ardor y desmesura,

habrás de hallarlo

en la luna esplendente de esta Rosa Elegida,

solaz para el espíritu.

Pues , no en vano, aquí los apetitos

doblegados quedaron

bajo arcos de luz

dorada entre sus pétalos.

Aguarda y verás

el más dulce secreto desvelado.

En estas vísperas de la Navidad, dejo aquí para el recuerdo tan evocador poema, que se une al fuego interior a los “Poetas por el espíritu”, cuajado de grandes emociones.

La poesía es el alma secular para los pueblos españoles, desde Berceo a Santillana, desde los “mesteres” de juglaría y clerecía, desde Castilla a la Andalucía que recorriera hasta el agotamiento un hombre cuya sencillez le alzó a lo Alto, en su Cántico, para decirnos:

Mi alma se ha empleado, / y todo mi caudal, en su servicio; / yo no guardo ganado, / ni ya tengo otro oficio, / que ya solo en amar es mi ejercicio”

(Canción 28, del Cántico Espiritual)

Y termino aquí mi recuerdo y homenaje a San Juan de la Cruz, el “Patrono de los poetas de lengua española».

Foto: Monumento a San Juan de la Cruz en Salamanca. Wikimedia commons.

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