Autora: Consuelo Jiménez de Cisneros.Hasta el 9 de junio se puede ver una exposición fascinante en torno al mundo marino, tan próximo a nosotros los alicantinos.
Una exposición que integra colores y texturas con magia prodigiosa. Un trabajo en equipo hecho por artistas aficionados bajo la égida de una prestigiosa profesional del arte: María Dolores Mulá, bien conocida por otros proyectos como el de «Volcados con la Palma», casi coincidente en las fechas, que reseñamos en este mismo blog de junio.
Pocas veces la sala Miguel Hernández de la Sede Universitaria de Alicante, donde en tantas ocasiones he realizado presentaciones de libros, conferencias y otros eventos, me ha parecido tan atractiva y luminosa.
Es difícil describir con palabras las sensaciones que producen las formas y colores que nos llaman desde las paredes, donde no solo hay estética, sino también ética: la de respeto al medio ambiente, en este caso, marino, tan contaminado por la acción humana.
El arte parece purificarlo todo, e incluso hay un cuadro con un bote de refresco que, de manera explícita, suplica al ojo que lo ve: «Recíclame». O la escena de la mujer embarazada bajo el agua, acompañada por su pareja: un precioso homenaje a la maternidad compartida y responsable.
Y junto al color, la monocromía sobria y elegante que asciende del suelo a la pared ofreciendo un extraordinario tapiz de la tierra marítima, del barro costero, de la posidonia sensu stricto.
En resumen, una maravilla de exposición. No se la pierdan.
Fotografías de Consuelo Jiménez de Cisneros