Autores: Consuelo Jiménez de Cisneros y Francisco Mas-Magro.
El Cantarano no debe ser tan solo un depósito cultural. La actualidad forma parte de la cultura, así como la política –nos guste o no- forma parte de nuestra vida e interacciona con la cultura, el arte y las letras, en una “globalización” que agranda los espectros de cada uno de ellos.
El Cantarano no desea ser la “Torre de Marfil” que acoja un puñado de escritos ilustrados, sino que quiere formar parte de la vida real. Ser un foro de expresión que se desarrolle con libertad. Esa es la razón por la que, más de una vez, alguna manifestación escrita de la revista pueda entrar en conflicto con intereses o ideas y opiniones de otros colaboradores o lectores.
El Cantarano quiere ser plural. Por eso acepta la opinión discordante de lector o colaborador, siempre bajo la premisa de que la libertad de uno acaba donde comienza la del otro. Que es el fundamento del respeto mutuo.
El Cantarano es una publicación quijotesca. No está subvencionada por entidad alguna, porque, mientras podamos, queremos dirigirnos a todos, independientemente de su idea religiosa o política o su estatus social.
Alguna vez, en El Cantarano podrán aparecer artículos de opinión que choquen con el sentir de otros lectores o colaboradores; la opinión es subjetiva en su concepto general y puede crear puntos de discordancia entre ideas.
Todo esto lo escribimos porque, en las últimas semanas, hemos recibido quejas de lectores, incluso de colaboradores, por alguno de los artículos que tocan situaciones políticas o sociales relacionadas con temas sensibles: Ucrania, Cataluña, la Memoria Histórica… que difícilmente pueden homogeneizarse en una idea general que conforme a todos. Un mismo artículo aparecido en el número del pasado mes suscitó entusiastas adhesiones y duras críticas, prueba de la complejidad del pensamiento.
El Cantarano es un foro donde se aceptan opiniones que se manifiesten con el debido respeto. Pero El Cantarano no se hace responsable de la opinión de sus colaboradores, responsabilidad que debe ser aceptada en su totalidad por cada uno de los autores, tal como figura en el punto dos de nuestras Normas de Publicación: «Los autores se responsabilizan de manera exclusiva del contenido de lo que publican. EL CANTARANO no asumirá ninguna responsabilidad legal ni de otra índole que pudiera derivarse de lo que cada autor publique«.
Ilustración: Grafiti fotografiado en un pueblo de La Mancha por Consuelo Jiménez de Cisneros.