Reseña de Consuelo Jiménez de Cisneros.
Cinco prólogos «incontournables» como dirían los franceses (difícil traducir tan rotunda palabra) son el pórtico de este libro excepcional, homenaje a un humanista alicantino, como yo lo defino: Joaquín Santo Matas. Los prólogos los firman Jorge Olcina Cantos, director de la Sede Universitaria Ciudad de Alicante de la Universidad de Alicante, institución que se ha hecho cargo de la edición; yo misma, sus amigos Francisco Mas-Magro y Magro y Vicente Ramos Moya y su primo y editor de los textos, Manuel Javier Matas Lledó. Cada uno desde su perspectiva y experiencias aporta sobre la figura de este alicantino ejemplar -escritor, profesor, conferenciante, político…- para su perpetua memoria.
Como reseña, reproduzco las palabras que pronuncié en la presentación del libro que tuvo lugar el 11 de junio de 2024 en la Sala Altamira de la Sede Universitaria Ciudad de Alicante.
El libro de Joaquín Santo Matas que hoy presentamos es el mejor homenaje que se puede hacer a su memoria porque recoge su trabajo, un trabajo hecho de manera voluntarista y con un fin tan noble como el de divulgar vidas ejemplares entre sus conciudadanos. Y una persona pervive en lo que hace, en el legado que deja. Y una parte fundamental del legado de Joaquín Santo está sin duda en este libro.
Un libro que podríamos describir como un santoral laico, porque nos presenta las vidas de unas personas que lo dieron todo por los demás desde el arte -pintura, escultura, arquitectura, música-, la política, la iglesia, la ciencia, el ejército, la medicina, la literatura, la antropología y todas las facetas que nos hacen verdaderamente humanos. Los alicantinos podemos sentirnos orgullosos de que nuestra comunidad haya producido personas tan relevantes en todos los órdenes y que en muchos casos han tenido una repercusión nacional e incluso internacional, incluyendo, por dar algunos ejemplos, un virrey del imperio español en América (Berenguer de Marquina), un presidente de la I república (Emilio Castelar) y un ministro de Hacienda, por cierto, honrado y eficaz (Joaquín Chapaprieta). Y como filóloga, no puedo dejar de mencionar al primer autor de una historia de la literatura universal en lengua castellana, el jesuita ilustrado Juan Andrés Morell. Son personas procedentes de todos los estratos sociales, que tienen en común su enorme capacidad de trabajo y su ilusión por culminar la vocación o el don que la naturaleza les ha dado. En la parábola de los talentos, todos ellos merecerían ser reconocidos como los que mejor supieron aprovecharlos.
Para mí ha sido emocionante recordar algunas de las conferencias a las que asistí, lamentablemente menos de las que habría querido, dado que no siempre estoy en Alicante. Y emocionante también reencontrarme en esas conferencias con personas con las que me he relacionado de un modo o de otro, algunas de las cuales están hoy en esta sala. Para empezar, el doctor Mas-Magro que nos acompaña en la mesa y que aparece mencionado en la conferencia dedicada a su abuelo, el médico del mismo nombre; el humanista Vicente Ramos Pérez, padre del doctor Vicente Ramos Moya que nos acompaña también en la mesa; el pintor Gastón Castelló al que tuve la suerte de conocer y tratar, que ilustró la portada de un libro de canciones que hice con Juan Miguel Asensi; el catedrático de Musicología José María Vives, que fuimos compañeros en el CEU de Alicante y aparece citado como estudioso de Rafael Rodríguez Albert; el erudito y belenista José Pastor, autor del monumental diccionario de personajes alicantinos, al que Joaquín Santo se refiere a menudo como una de sus fuentes de información, mostrando así una honradez que no todos practican. Yo misma me encontré mencionada en la conferencia dedicada a Balmis por mis sonetos sobre su expedición de la vacuna que Joaquín leyó públicamente al menos en un par de ocasiones.
También aparecen otros alicantinos a los que no conocí en persona, pero que he leído y estudiado en profundidad, como mi querido Carlos Arniches, a cuyo yerno, el también escritor José Bergamín, sí conocí y aún recuerdo la buhardilla de la Plaza de Oriente en la que tenía su hogar y su biblioteca. Y en fin, debo citar al cronista Figueras Pacheco con quien mantuvo correspondencia y amistad mi abuelo Daniel Jiménez de Cisneros.
En el libro aparecen un total de 31 conferencias precedidas por cinco textos que recogen las intervenciones que se hicieron en el Homenaje que se le dedicó hace poco más de un año, el 9 de mayo, en esta misma sala. Los firman Jorge Olcina, yo misma, Francisco Mas-Magro, Vicente Ramos y el sobrino de Joaquín, Manuel Javier Matas Lledó. En las conferencias nos encontramos con dos mujeres, por cierto, ambas alcoyanas: la política Carmen Llorca y la compositora Lola Vitoria. Otra particularidad es que no todos los personajes han nacido en la ciudad de Alicante, sino también en su provincia. Los hay de Alcoy, Benejama, Crevillente, Jijona, Muchamiel, Novelda, Planes, Orihuela, Sax, Torrevieja, Villajoyosa, Villena… incluso hay un alicantino nacido fuera de Alicante, que fue Emilio Castelar: ALICANTINO NACIDO EN CÁDIZ QUE LLEGÓ A PRESIDENTE DE LA I REPÚBLICA .
En un guiño a nuestra querida Casa de Francia en Alicante, recordemos que es larga la nómina de alicantinos ilustres de origen francés como demuestran sus apellidos, y en concreto en este libro de conferencias tenemos al marino Ramón Lagier, al médico Francisco Javier Balmis y al político Eleuterio Maisonnave.
Mucho más se podría decir sobre este libro, excepcional por tantos conceptos, pero no quiero alargarme. Termino mi intervención reiterando mi satisfacción por ver cumplido un proyecto de publicación que en tantas ocasiones reclamé, y agradezco a Jorge Olcina, director de esta Sede Universitaria, el empeño y el cariño que ha puesto para que hoy podamos todos disfrutar de este libro.