EL CORONAVIRUS Y EL ABUELO
Un virus nos recluye y nos liquida,
un hijo de mil putas y cornudo,
que, volando en patera de estornudo,
su mal extiende oculto y homicida.
Con astucia, en la célula dormida,
reproduce sus copias de forzudo.
Y contra su malicia no hay escudo
ni muralla del cielo protegida.
Como el halcón, que certero y temprano
a su presa más frágil prende en vuelo,
así ataca el Corona al ser humano.
A ello se apresta con sigilo y celo,
sabiendo al que alcance de su mano,
no hubiera otro más débil que el abuelo.
José Luis Aranda Arcas es médico internista jubilado. Ha publicado este soneto quevedesco en su IV Recetario poético de los estudiantes de Medicina de la UAM.
Foto: Consuelo Jiménez de Cisneros. Detalle de la exposición de Kidlat Tahimik en el Palacio de Cristal del Retiro de Madrid.