Hace apenas una semana, el 24 de mayo, «El Cantarano» cumplió cinco meses y Consuelo Jiménez de Cisneros, su editora, cumplió sesenta y cinco años. «Cómo se pasa la vida… tan callando», que dijo el poeta. Con este motivo y de manera excepcional, dedicamos la entrevista de junio a la editora de «El Cantarano». El doctor don Francisco Mas-Magro y Magro, «un médico que escribe», comparte vivencias con la entrevistada y nos hace un emotivo retrato de su trayectoria literaria y personal.
Hay libros sobre la mesa. Un montoncito recién liberados de la biblioteca. Reposan, ansiosos por ser leídos.
Porque hay libros sobre la mesa
(oh, Dios, ¿será por eso?)
he visto salir volando
algunos.
Como abrirse, como elevarse con sus hojas
repletas de palabras.
¿Los he visto volar?
Volar
y percibir un llanto de gotas,
líquido ennegrecido,
como tinta,
tal que lágrimas
de discursos,
relatos rodando desde su corazón de pasta. 1
Carlos Álvarez, Francisca Aguirre, Antonio Gracia…Consuelo Jiménez de Cisneros y Baudin. “Memorias de Papel”, que “Con las manos alzadas”, representan “Aquella luz, aquellas sombras”. Representan la realidad de una autora que, por méritos propios, se encuentra en el libro que habla de la Historia de las Letras.
¿Tendrá que ver que la entrevistada sea nieta del profesor Jiménez de Cisneros y Hervás, infatigable geólogo y paleontólogo, quien escribiera su relato, inédito, “El Cantarano” que da nombre a esta revista? O, ¿fuera por influencia de su padre, Miguel Jiménez de Cisneros Goicoechea, gran hombre, de quien recibiera el amor por la lectura y, en consecuencia, por la escritura?
Consuelo Jiménez de Cisneros y Baudin (1956), desde su más tierna infancia, ha cultivado casi todos los géneros, desde la literatura infantil y juvenil al cuento, la narración histórica, la biografía, la poesía o el teatro. Y, siendo profesora, el ensayo, cómo no.
Son las seis de la tarde, en esta primavera casi otoñal que lucimos en Alicante y acabo de servirme un “chupito” de un güisqui -15 ml. de un Chivas Regal de 12 años- que me regalara un agradecido paciente años ha.
Consuelo es la directora de “El Cantarano”, una revista que nace del deseo de la escritora de ofrecer un lugar en el que la cultura alicantina, y de otras partes, pueda expresarse, sin los “corsés” de entidades públicas o instituciones universitarias.
F.M-M.- Consuelo, ¿cómo iniciaste tu aventura con la escritura?
C.J. de C.- De manera consciente, cuando tenía diez años, en el colegio. Era la actividad que más me gustaba y se me daba bien. Siempre fue, para mí, una actividad agradable. Escribía con cierta facilidad y las ideas me brotaban con tal fuerza que, muchas veces, en el tiempo que nos daban para redactar, yo era capaz de escribir hasta tres redacciones que repartía entre las compañeras menos inspiradas. Era divertido.
F.M-M.- ¿Recuerdas cuál fue tu primer texto, llamemos “serio” o literario?
C.J. de C.- A los ocho años. Un villancico que no he podido conservar. Sin embargo, recuerdo, casi perfectamente, un romance que escribí a los diez años, dedicado a la Virgen de Covadonga, a instancias de mi padre, ya que mi abuela (paterna) era asturiana. En aquel tiempo (1966) se entronizó la imagen de la “Santina” en la Iglesia de los Salesianos de Alicante, y fue en esa ceremonia en la que me subieron a una silla de madera y anea para que recitara mi poema.
F.M-M.- Para que te vieran bien, aunque siempre has sido una niña esbelta.
C.J. de C.- Sí, pero a los diez años, todos somos bajitos. Jajajá. El caso es que leí el poema y me estrené recitando aquel romance: “Entre las altas montañas, / entre las verdes praderas,/ la Virgen de Covadonga / un día apareciera. / A don Pelayo le ayuda / a reconquistar su tierra”… En fin, recogía la historia que mi padre me había contado, con ese cariño que manaba de su persona amable. Para mí fue una experiencia muy emocionante.
F.M-M.- Una chica valiente.
C.J. de C.- Mi padre sí era valiente. Podría contarte muchas cosas de él, pero eso lo dejamos para las «Memorias familiares» que llevo años recopilando y algún día verán la luz… Pues bien, ese mismo verano de 1966 me dieron un premio literario en mi colegio teresiano. También por un poema. El premio consistía en una flauta dulce, de madera, de marca Moëk, que me acompañó muchos años y me ligó aún más con la música.
F.M-M- Porque tú ya estudiabas música…
C.J. de C.- Sí, en el Conservatorio Oscar Esplá de Alicante. Estudié la carrera de Solfeo, Armonía y Composición. También hice unos años de piano y de canto coral. Tengo un diploma de profesora de Solfeo que nunca he utilizado….
F.M-M.- Y, ¿después?
C.J. de C.- Una niña, como el resto, pero que leía muchísimo, porque además en aquella época no había los entretenimientos tecnológicos de hoy en día, así que la lectura era para mí el mejor de los juegos. Una niña a quien le gustaba escribir y aprovechaba todas las oportunidades para ello, en especial los concursos literarios destinados a los jóvenes. Los recuerdo con cariño porque fueron un estímulo. Los promovidos por la Sección Femenina, quien me otorgó varios premios, entre ellos uno por un cuento titulado “El gato negro”, escrito a los diez años, que leí en público en el Salón de Actos de la CAPA, en el último piso de la Torre Provincial, donde años después presentaría mis poemarios. Los premios solían consistir en lotes de libros.
A los catorce años obtuve el Premio Nacional de Poesía Juvenil, dotado con ¡cinco mil pesetas!, el equivalente a algo más de 30 € de hoy, pero entonces me pareció una fortuna.
F.M-M.- Lo era, sin duda. El equivalente al sueldo de un profesional de cualquier índole.
C. J. de C.- El caso es que me lo gasté en unos sujeta-libros decorativos que aún conservo. A los dieciséis años, ADENA, (la Asociación en Defensa de la Naturaleza), me concedió un premio en una convocatoria nacional sobre Naturaleza. Consistió en una moto Vespino. También a los dieciséis, obtuve la Flor Natural, en Daya Nueva, por un poemario que, más tarde, me publicó Ángel Caffarena.2
F.M-M.- “El canto alucinado”.
C. J. de C.- Mi primer libro de poesía. Apareció en 1975.
F.M-M.- Los certámenes de poesía fueron una gran motivación…
C.J. de C.- Sin duda, mi madre y algunas de mis profesoras me animaban a que me presentara. Mi madre tenía un cuadernito que, lamentablemente, se quedó en mi casa familiar y allí se perdió para siempre. En este cuadernito, ella apuntaba todos mis aconteceres literarios…
F.M-M.- ¿Y…?
C.J. de C.- …No solo escribía. También participaba en recitales de poesía, colectivos e individuales. Entre los primeros, recuerdo con ilusión los que di en la Lonja de Valencia, gracias a la Asociación “Amigos de la Poesía”. En esos eventos conocí a Vicente Casp Verger3, hermano de Xavier Casp, también escritor. Él me apoyó mucho, me enviaba sus libros dedicados y revistas literarias y me incitaba a publicar mis versos. Incluso me puso en contacto con una poetisa y editora venezolana, Jean Aristeguieta, que publicó algunos de mis poemas en su revista Árbol de Fuego. Hay que pensar que en aquella época todo se mandaba por correo postal, no había Internet.
Entre los segundos, los recitales individuales; para mí fueron memorables los que di en la emblemática Casa de Cervantes de Valladolid cada verano, pues veraneábamos allí debido a que mi abuela era de Peñafiel y tenía casa en Valladolid. Aquellos recitales se llamaban «Mañanas de la Biblioteca», tenían lugar los domingos por las mañana, y los hice desde los quince años hasta ya adulta. Leía mi poesía presentada por el entonces Director de la Casa de Cervantes, D. Nicomedes Sanz y Ruiz de la Peña, que en un par de ocasiones me dedicó dos magníficos sonetos.4 Me parece de justicia anotar los nombres de quienes me ayudaron con tanto interés y afecto.
F.M-M.- ¿Y en tu ciudad, Alicante?
C.J. de C.- También tuve grandes apoyos. Puedo mencionar a los escritores de aquellos años sesenta y setenta que compartían conmigo sus publicaciones y me abrían la posibilidad de colaborar en revistas y eventos. Vicente Ramos, Vicente Mojica, Manuel Molina, Rafael Azuar, Miguel Martínez Mena, Miguel Signes y tantos más.
F.M-M.- Algunos te escribieron prólogos, quiero recordar.
C.J. de C.- Sí, efectivamente. Rafael Azuar Carmen y Vicente Ramos Pérez. Posteriormente, el que fuera Cronista de Alicante José María Bonastre, y en la actualidad han escrito prólogos para mis libros muchas personas especialistas en las respectivas temáticas: el teólogo Víctor Palacios para mi poemario místico, el taurófilo y experto en tauromaquia Francisco Rodríguez Aguado para mis dos poemarios taurinos, la Catedrática de Literatura Española María Pérez Sedeño para una recopilación de mis relatos, la profesora y filóloga Laura Cantón para un poemario, el joven periodista y filólogo Daniel Arce para la recopilación poética Memorial de mayo que se publicó el mes pasado en El Cantarano… Y tú mismo me regalaste un prólogo precioso para Somos Islas, mi primer poemario digital en El Cantarano. Otros, como Tirso Marín Sessé, el citado Vicente Ramos, Carmen Iglesias, María Dolores Mollà… me han presentado diversos libros.
F.M-M.- Todos ilustres autores consagrados. ¿Y los jóvenes?
C.J. de C.- Los que más sonaban en el ámbito poético eran los componentes del Grupo Lasser, que tú conoces porque lo fundaste y dirigiste durante unos años: ellos, quiero decir, vosotros, reconocisteis mi poesía y narrativa con un premio literario y la publicación de mi poesía en un programa de vuestra revista oral, que se emitía cada viernes por la noche en Radio Popular de Alicante.
Por otra parte, conocí y traté a los poetas jóvenes y menos jóvenes de entonces, de los que destacaría a José Luis de la Vega, hijo del médico alicantino del mismo nombre y que se haría periodista; a Vicente Valls, que me llevó un verano a conocer su pueblo, Cocentaina, y su sierra; a Julián Andúgar (ya de otra generación) y al llamado «poeta del mar», Julio Bernácer. Y fuera de Alicante, con motivo de haber obtenido yo una mención en el Premio Ejército de Poesía, conocí a Amado Codina, un joven soldado que me regaló un mecanoscrito poético que aún conservo. Todos los que menciono, además de buenos poetas, cada uno en su estilo, fueron personas con las que tuve un trato y un intercambio siempre positivo.
F.M-M.- Hablamos de tu etapa juvenil. ¿Y después?
C.J. de C.- La Universidad, que no existía todavía como tal en Alicante. Era el C.E.U. y dependíamos de Valencia. De esa época, recuerdo el apoyo del Padre José Puig Miret, profesor de Literatura. Una persona maravillosa que fue mi tutor en COU y que luego me proporcionaría mis primeros trabajos, destacando mi curso como Monitora en las Aulas de Tercera Edad que él dirigía. Fue sin duda el mejor jefe que he tenido en mi vida, y eso que he tenido la suerte de contar, casi siempre, con buenos superiores. Dejo anécdotas al respecto para las consabidas Memorias… Sí querría mencionar que quien fuera mi profesora de lengua de COU, sor Eulalia Ramírez Lao, nada más terminar la carrera, me ofreció trabajar en el colegio del que ella era Directora con un contrato indefinido, y allí estuve durante un curso mientras preparaba mis oposiciones. No olvido al profesor de francés, Sr. Rives o al catedrático de Lingüística, profesor don José Mondéjar, porque ambos apoyaron y alabaron mis versos públicamente en el curso de sus enseñanzas.
F.M-M.- Es muy importante para una persona joven, encontrar el apoyo de aquellos que están a cargo de su formación.
C.J. de C.- Siempre recordaré sus palabras, que fueron para mí una motivación extraordinaria.
F.M-M.- Culminaste los estudios universitarios con el mejor expediente de tu promoción. Una puerta abierta al futuro. Y con dos artículos de investigación publicados.
C.J. de C.- Nadie me ofreció nada en lo que sería al final la Universidad de Alicante.
F.M-M.- Al mejor expediente de su promoción, ¿no se le ofreció nada en la institución donde ha desarrollado su formación?
C.J, de C.- De modo que hice las oposiciones para Enseñanza Media, en lo que entonces se llamaba Agregados de Cátedra. No osé ir directamente a las Cátedras porque había que presentar una Memoria, y aunque entonces ya las vendían, a mí aquello no me parecía bien (¡mis principios morales me han perjudicado bastante!), puesto que yo quería elaborarla por mí misma y no tuve tiempo. Obtendría la cátedra por acceso años después, a la vuelta de uno de mis destinos extranjeros. Piensa que aquel curso inicial de mi vida laboral tenía dos trabajos: en un colegio privado (Josefinas) y en las Aulas de Tercera Edad, y que preparé una oposición de cien temas, todos los cuales yo misma confeccioné. Aún conservo el cuaderno con los cien resúmenes manuscritos. En fin, tuve la satisfacción de aprobarlas con el número uno, primero de mi tribunal, que estaba en Murcia, y luego de España. Era la primera vez que veía mi nombre escrito en el BOE…
F.M-M.- Fue cuando el Ministerio de Educación te ofreció un año de prácticas en París…
C.J. de C.- Sí. En el Liceo Español de París. Una experiencia preciosa en todos los órdenes. Y así fue como Alicante pasó a ser para mí una ciudad de ida y vuelta.
F.M-M.- Se inicia tu etapa fuera de España. Tu “brain drain” particular.
C.J. de C.- Si lo quieres llamas así… A mí la expresión «fuga de cerebros» me recuerda, por una parte, a nuestro común amigo Alfredo Gómez Gil, que publicó dos libros sobre el tema, y a mi hijo menor Joaquín, que es investigador -epidemiólogo experto en modelaje matemático- y profesor en la Universidad de Surrey (Inglaterra)
La investigación también me ha atraído, en mi caso, relacionada con temas literarios. He participado en congresos y foros muy variados desde mi juventud hasta la actualidad, y me he interesado por autores muy diversos, iniciando mis primeras investigaciones sobre literatura medieval (la poesía de Alfonso X el Sabio) que fueron publicadas en revistas alicantinas (de la Diputación y del CEU); luego, mis trabajos sobre nuestros escritores más relevantes (Azorín, Miró, Hernández, Arniches, Trina Mercader…), mi tesina sobre Muñoz Seca, mis indagaciones en la literatura infantil y juvenil, la literatura femenina y mucho más. A lo que se une mi gusto por la divulgación, que ya lo hacía como parte de mi trabajo y ahora lo hago por afición desde que estoy jubilada, en mis conferencias y encuentros.
Consuelo Jiménez de Cisneros impartiendo una conferencia en la Sede Universitaria de Alicante.
Volviendo a lo que me comentabas: debido a mis destinos en el extranjero, donde he estado más de veinte años, acabé algo desconectada de mi tierra. Cuando regresé a finales de los ochenta seguí formándome, realicé unos cursos de doctorado en la Universidad de Alicante y otros de Valenciano, pero enseguida advertí que la Universidad de Alicante ya estaba muy ocupada y no había sitio para mí, así que solicité un nuevo destino en el exterior que fue la Escuela Europea de Luxemburgo, probablemente y por muchos conceptos lo mejor que me ha pasado en mi vida laboral.
Unos años después, desde 2006 a 2010 y tras mi jubilación en 2016, he tenido una vida cultural bastante intensa en Alicante. En 2008 Joaquín Santo, que entonces dirigía el Instituto Juan Gil Albert, me publicó un poemario, Aquella luz, aquella sombras & 24 Sonetos, que conservo con mucho cariño porque esos 24 Sonetos son una reedición de un libro muy especial que apareció en 2000 en Luxemburgo con fines solidarios y cuya edición se agotó en unos días.
Desde mi jubilación he estado colaborando con diversas instituciones alicantinas, en concreto durante un año con el Casino de Alicante dirigido por Joaquín Galant, donde realicé conferencias y presentaciones de libros de otros autores. También en la Sede Universitaria de Alicante, cuyas puertas me abrió su Director, Jorge Olcina, que siempre ha confiado en mí y me encomendó proyectos como la celebración del centenario de Vicente Ramos en 2019, donde traté de integrar a personas muy diversas y creo que se logró un buen resultado. Incluso durante el confinamiento por la pandemia, que pasé en Madrid, colaboré en línea con lo que se me propuso, por ejemplo con el «Museo Poético» de Ágora Reix, que me hizo una extensa entrevista. Siempre me ha gustado apoyar aquello que he considerado que lo merecía, igual que me han apoyado a mí.
F.M-M.- Al final has sido poeta en tu tierra…
C.J. de C.- No del todo. Aquí, como en todas partes (pero se nota más por ser un sitio pequeño) hay gente grande y generosa y gente pequeña y mezquina. Yo solo hablo de los primeros, a los segundos no vale la pena mencionarlos. Aunque quiero aclarar que hay muchas personas a las que aprecio y no menciono para no alargarme… Todos cuantos colaboran en mi «Cantarano» están mencionados en los listados correspondientes. Siempre me ha gustado que la labor de todos, sea mayor o menor, se reconozca.
Y por cierto hay una persona a quien no puedo dejar de mencionar en esta cascada de recuerdos literarios: Zoila Helbenso, que dirigió la biblioteca Gabriel Miró durante los años que yo pasé en Alicante (2006-2010) entre mi destino de Luxemburgo y el de Marruecos. Pues bien, Zoila me publicó, en las ediciones de la CAM, dos libros sobre Gabriel Miró que estaban desde hacía años propuestos para su publicación en la Biblioteca Gabriel Miró y que ella quiso editar en las mejores condiciones: ediciones cuidadísimas y muy bien ilustradas, en las que colaboraron Luis Bonmatí y el fotógrafo Carlos Uralde.
F.M-M.- Cuando te jubilas, y tienes la oportunidad de volver a donde están tus raíces, te instalas en Madrid, con esporádicas estancias en tu ciudad de nacimiento.
C.J. de C.- Vivo entre ambas ciudades, de la misma forma que otros escritores, así como algunos amigos.
F.M-M.- ¿Por qué Madrid?
C.J. de C.- Madrid es para mí una ciudad muy especial. Allí iba, cada verano, de viaje con mi familia, cuando niña. El barrio de Atocha, donde se encuentra la estación de tren, era como mi segunda casa. Y ahora lo es “de facto”.
Como te decía, en Madrid viví el “confinamiento” del año 2020, con el privilegio de contar en mi casa con unos balcones que me permitían ver el cielo velazqueño.
F.M-M.- El cielo velazqueño… ¿Cómo es el cielo de Velázquez?
C-J. de C.- La expresión “cielos velazqueños” se emplea en ocasiones para hacer referencia a unos cielos complejos, enmarañados.
F.M-M.- Como el que aparece en la Rendición de Breda…
C.J. de C.- Por ejemplo. O en el retrato ecuestre del príncipe Baltasar Carlos.
F.M-M.- Pero, el cielo mediterráneo… tan limpio…
C.J.de C.- Amo por igual ambos cielos. Madrid tiene un ambiente que te permite caminar por la literatura cómodamente. Allí ha transitado parte de mi vida literaria. Allí recibí el Premio Ala Delta. Allí he presentado alguno de mis libros, en librerías como Tierra de Fuego.
F.M-M.- En la travesía de Conde Duque.
C.J. de C.- Sin olvidar mi asistencia a los recitales del Casino de Madrid, de la calle Alcalá, y el recital que di poco antes de la pandemia.
F.M-M.- De la mano del profesor, escritor y poeta alicantino Alfredo Gómez Gil.
C.J. de C.- A quien le brindamos homenaje en “El Cantarano” recientemente con una entrevista muy detallada, porque lo merece.
F.M-M.- Háblanos de tu producción literaria. Llevas publicando muchos años en foros muy variados: revistas, periódicos, libros colectivos…, en Instituciones e incluso has realizado ediciones particulares.
C.J. de C.- Es lo que hago ahora. Resumiendo mucho te digo que, siendo una niña, ya colaboraba en las revistas alicantinas de la época, como Oriéntese, prensa local y algún Llibret de Hogueras. Esto último por influencia de mi padre, quien era un gran aficionado a estas fiestas.
F.M-M.- El Instituto de Estudios Alicantinos, posteriormente Instituto Alicantino Juan Gil-Albert…
C.J. de C.- El Instituto me publicó algún pequeño poemario y artículos de investigación literaria. Lo que ahora hago en las revistas de Moros y Cristianos o de Semana Santa, ambas de Crevillent. Esto último, por mi gran vinculación con esa Villa de la provincia de Alicante y la relación establecida a partir de los trabajos científicos de mi abuelo Daniel, realizados en su sierra singular.
F.M-M.- ¿Fue en “Narraciones Españolas de Ciencia Ficción…” quizás tu primera contribución en forma de libro?
C.J. de C.- Sí, publicado por Editorial Marte de Barcelona en 1972. Tenía dieciséis años y se convocó un concurso al que se presentaron numerosos escritores de toda España. Mira por dónde, seleccionaron una narración mía. Desconocían mi edad y eso fue un muy grato impulso hacia mi carrera literaria.
F-M-M.- El premio de Ensayo sobre Azorín, convocado por el CEU de Alicante con el apoyo de la Biblioteca Gabriel Miró. Y , a continuación tus poemarios…
C.J. de C.- Sí, que recuerdo con mucho cariño, porque también fue en 1972, antes de que yo empezara la carrera. El tema era “Azorín a través de su obra”. Recuerdo la entrevista que me hizo nuestra ilustre periodista Asunción Valdés Nicolau5, que me citó en el mismo CEU donde concedían el premio.
Hablas de los poemarios: el primero no se puede considerar poemario, fue un díptico que me preparó Ángel Caffarena, a quien siempre recordaré con gratitud, como regalo por mi 18 cumpleaños: “Dos poemas”, en 1974. Al año siguiente aparecerían El canto alucinado, también con Ángel Caffarena, y A lo largo del camino, que lo publiqué por mi cuenta cuando se me acabaron los ejemplares de El canto alucinado, ya que los iba regalando a toda la gente con la que me relacionaba. Y el tercero de aquella etapa, Con las manos alzadas, lo editó la fundación CAPA de Alicante en 1977.
F.M-M.- La Editorial Luis Vives, de grato recuerdo porque es la que editó los libros de enseñanza de mi colegio de los H. H. Maristas, prácticamente te “contrató”.
C.J. de C.- Eso fue a raíz de haber obtenido el Premio Ala Delta de narrativa infantil-juvenil en 1994. Edelvives (editorial Luis Vives), me ha publicado cuatro libros de narrativa infantil-juvenil, incluyendo una novela histórica que se titula Al otro lado de la esfera, sobre la peripecia de Cristóbal Colón y los primeros tiempos de la colonización de lo que se llamaría América. También tengo con ellos una adaptación del Quijote, El caballero don Quijote, que ahora cuenta con acceso digital. Mi novelita contra el consumismo Vaqueros de marca (1995) tuvo mucha repercusión en su momento y fue reeditada por algunos Ayuntamientos de la Comunidad de Madrid para distribuir en las escuelas. Pero, probablemente la novela más divulgada, publicada con ellos, ha sido la primera: Aún quedan piratas en la Costa de la Muerte, la que logró el premio Ala Delta en el año 1994.
F.M-M.- Todo un best-seller. Hasta lo he leído yo, y es libro de préstamo a mis seis nietos.
C.J. de C.- Se llegaron a vender más de cien mil ejemplares en poco tiempo. Se han hecho numerosas ediciones y reediciones en diversos formatos, en castellano, por supuesto, pero también en gallego, catalán y vasco. Además ese premio me llevó a recorrer casi toda la geografía española en actividades de promoción y también tuve ocasión de conocer a otros grandísimos autores de la editorial, como Carlos Murciano o Joan Manuel Gisbert.
F.M-M.- En 2007, publicaste con Edelsa,6 del grupo de la editorial Anaya.
C.J. de C.- Fue una experiencia muy interesante. Con ellos publiqué ocho biografías adaptadas para estudiantes de español como lengua extranjera. Me dieron libertad para elegir y escribí sobre Colón, García Lorca, El Cid, Isabel la Católica, Velázquez, Goya, Eva Perón…
F.M-M.- En general, sin pedir peras al olmo, algunas instituciones se han portado bien contigo.
C.J. de C.- Yo no me quejo nunca, o mejor, “casi” nunca. Tengo mi carácter y capacidad para tener las cosas muy claras.
F.M-M.- Bueno. ¿Qué quieres tomar? Llevamos un buen rato charlando… Quizás te apetezca, ¿un té?
C. J. de C.- No me vendrá mal. Gracias.
La tarde cae allá afuera, entra un sol de poniente por la esquina del ventano.
Llegan a mi memoria aquellos versos:
Aquella luz de la infancia
blanca de sol y amarilla,
que entraba por los balcones
de la ancha casa perdida…
C. J. de C.- Esos versos pertenecen a mi libro: Aquella luz, aquellas sombras & 24 sonetos, publicado por el Instituto Juan Gil-Albert en 2010.
F.M-M.- Mencioné a las Instituciones…
C.J. de C.- Destacaría algunas obras premiadas y publicadas por las correspondientes instituciones. Por ejemplo, Geografía de Benidorm para aprendices enamorados. Fue premio de poesía Ciudad de Benidorm, en 1984, y luego apareció editado por el Ayuntamiento de Benidorm.
F.M-M.- El premio Juan Valera…
C.J. de C.- Sí, de la Fundación Juan Valera. Premio de Ensayo, en 2018. La naturaleza domesticada: fauna y flora en la obra literaria de Juan Valera. Quizás sea el más reciente. Pero tampoco quiero olvidar las publicaciones que he realizado en torno a la figura de mi abuelo, por ejemplo Del fósil al verso, una antología de su obra literaria editada por el Ayuntamiento de Caravaca, o la reedición de sus memorias de infancia Huércal-Overa hace sesenta años. Memorias de un niño y comentarios de un viejo publicadas en 2004 a cargo de la Universidad de Alicante.
F.M-M.- Tu abuelo, Daniel, era asturiano.
C.J. de C.- No. Era de Caravaca de la Cruz. Allí nació en 1863. Falleció en Alicante en 1941. Lo que pasa es que al obtener la cátedra de Historia Natural, como se decía entonces, fue destinado al Real Instituto de Jovellanos de Gijón, donde fue director del Jardín Botánico de dicho centro y vicedirector del mismo en 1898. La asturiana era mi abuela Andrea Avelina, a quien mi abuelo conoció durante su destino en Gijón.
F.M-M.- Tu abuelo fue realmente un sabio…
C.J. de C.- El tuyo también y llevas su mismo nombre: el doctor Francisco Mas Magro (Crevillent, 1879-Alicante, 1958), candidato al Nobel de Medicina. El nombre de mi abuelo se lo puse a mi hijo mayor, Daniel, que también ha heredado la laboriosidad y el sentido de responsabilidad de sus ancestros y actualmente está destinado en la Embajada de España ante Naciones Unidas.
Volviendo a mi abuelo, además de científico, tenía una grandísima afición por la literatura. Dentro de su producción literaria, recuerdo algunas obras. El drama en verso La cueva de la Barquilla, ambientado en Caravaca de la Cruz, que fue representado en el Teatro Thullier de su pueblo con gran éxito (conservo fotos), los libros de memorias como el ya citado Huércal Overa hace 60 años. Memorias de un niño y comentarios de un viejo y Por tierras de Murcia (1872-1892), sus numerosos relatos y poemas sueltos y sus artículos divulgativos.
Mención aparte merece su producción científica, la cual abarca más de 170 artículos, comunicaciones, ponencias, memorias… centrados sobre temas geológicos, paleontológicos y arqueológicos, de los que destacamos: “Geología y Paleontología de Alicante”, “La fauna de los estratos de “Pygope Aspasia” Menegh. Del Liásico Medio del Rincón de Egea en el W. de la provincia de Murcia”, editados por el Museo Nacional de Ciencias Naturales. Además se han reeditado otros trabajos suyos y se ha investigado exhaustivamente sobre él, y se sigue investigando en la actualidad. Es obligado mencionar los dos homenajes que se le han tributado en Alicante: el primero en 2004, en ocasión del centenario de su llegada a la ciudad para tomar posesión de su cátedra, consistió en un Simposio-Homenaje Internacional de enorme relevancia; y el segundo en 2018, prolongado hasta la actualidad en Crevillent, con motivo del centenario de sus excursiones, estudios y publicaciones pioneras sobre la sierra de Crevillent, ha producido una serie de proyectos de altísima calidad que incluyen publicaciones, cursos, conferencias, una exposición ya histórica con más de seis mil visitantes…
F.M-M.- Se siente el aroma de “orgullo de nieta”…
C.J. de C.- No puedo evitarlo.
Abrimos los cajones con cuidado infinito.
Y un soplo del pasado escrito en piedra
y apenas un ligero temblor nos aseguran
que allí late la vida: oculta, hermosa, cierta.7
Son unos versos que dediqué a su colección particular, que mientras vivió mi padre, nos acompañó en la casa familiar.
F.M-M.- No olvidemos tus años en el extranjero…
C.J. de C.- Es difícil resumir tantos años en unas líneas. Ya desde el punto de vista profesional como personal, debo decir que han sido etapas muy positivas.
F.M-M.- Labor en la enseñanza. Labor de producción. Tus dos hijos.
C.J. de C.- Que se gestaron durante mi Comisión de Servicios en Holanda. De hecho, el menor es holandés de nacimiento.
F.M-M.- Tu vida laboral: ¿muy ajetreada?
C.J.de C.- Quizás, pero cuando amas lo que haces, el trabajo es una fuente de placer, de experiencias y de relaciones. Por supuesto que no todo fue de color de rosa, pero yo me quedo con aquellas personas con quienes pude trabajar a gusto e incluso forjar amistades sólidas. Tengo la suerte de mantener contacto con gente de todos mis destinos. En mi último recital organizado en el Casino de Madrid por el profesor y poeta Alfredo Gómez Gil, estuve acompañada por gente conocida y amiga de mis destinos en Holanda, Luxemburgo y Marruecos.
F.M-M.- Un gran recorrido internacional.
C.J. de C.- Tengo el récord de haber sido la funcionaria más joven destinada en el exterior por concurso de méritos y haber participado en casi todos los programas educativos y culturales del Ministerio. Mi año en el Liceo Español de París, mis seis años en las Aulas de Lengua y Cultura y el INBAD de Holanda, mis nueve años en la Escuela Europea de Luxemburgo…
F.M-M.- Y fuera de Europa…
C.J.de C.- Mi último destino: la Consejería de Educación de la Embajada de España en Rabat, donde pasé cinco años muy especiales, colaborando además con las Universidades marroquíes, especialmente con la de Casablanca, donde impartí varios cursos de doctorado.
F.M-M.- Docente por profesión ¿y devoción?
C.J. de C.- Empecé muy joven a dar clases particulares para procurar autofinanciarme, lo que también logré gracias a las becas. La docencia me viene de familia. Por ambas partes. No solamente por mi abuelo paterno, Daniel, catedrático de Historia Natural. Mi bisabuelo Manuel Olave Martínez, fue profesor de Filosofía y fundador de un colegio de Segunda Enseñanza en Peñafiel, en el siglo XIX. Tengo una familia de origen muy repartido.
Página del Quijote (editado en 1872) con anotaciones de Manuel Olave y de Consuelo Jiménez de Cisneros.
F.M-M.- Genes enriquecidos por la diversidad.
C.J.de C.- Sí, pero cuando no sientes pertenecer a un lugar por la fuerza de tus antepasados, no te identificas con un grupo concreto. Por esta circunstancia y el hecho de formar parte de una familia de gente muy estudiosa, me siento ideológicamente libre. Soy un espíritu libre. Tengo mis propios criterios.
F.M-M.- Saberse libre, en España, se paga muchas veces con la frialdad social y la incomprensión.
C.J. de C.- Así es. Para unos estoy a un lado y para otros en el contrario.
F.M-M.- Mujer con criterio. Un ser humano.
C.J. de C.- Soy una mujer luchadora, una persona que no tiene por qué aceptar un estatus desigual por razón de sexo, religión o conocimientos.
F.M-M.- Feminista, en su concepto real y culto, como el que defendieran Frantiska Plamínková o Anna Maria Rhoda Erdmann.
C.J.de C.- Nunca he querido cuotas ni privilegios, sino igualdad en lo que corresponde en Derecho y desigualdad en lo que la Naturaleza obliga. No tengo, o no quiero tener, complejos y deseo ser miembro de una cultura, la occidental, con todas sus consecuencias.
F.M-M.- Nuestra cultura.
C.J. de C.- La de los Derechos Humanos, los avances científicos, las artes y las letras. Amo a Mozart, a Stravinski, a Falla. Admiro la literatura de autores como Cervantes, Moliere o Shakespeare.
F.M-M. Nuestra cultura europea.
C.J. de C.- La cultura europea es con la que me identifico, sin despreciar otras culturas que conozco, disfruto y admiro, mas no siento como propias. Estando en Luxemburgo me emocionaba cantando el himno de Beethoven, junto a mis colegas de doce países de este viejo continente.
F.M-M.- Española en Europa.
C.J. de C.- Soy española y reivindico nuestra lengua y cultura, no solo porque es la mía, sino porque es un idioma espectacular, con un peso cultural incalculable, que, paradójicamente, en España es donde menos se aprecia.
F.M-M.- Ya lo dijo Bismark: “España es el país más fuerte del mundo: los españoles llevan siglos intentado destruirlo y no lo han conseguido».
C.J. de C.- Con todo mi respeto a las otras lenguas españolas: que el español no pueda ser lengua vehicular en la enseñanza y la administración en España me parece un despropósito.
F.M-M.- Y alicantina.
C.J. de C.- Alicante es mi ciudad de nacimiento y la amo por dos razones: por el sol y el mar y porque mi padre la amaba. Por otra parte, Madrid es mi ciudad de adopción. Me ha dado mucho.
F.M-M.- Dices que amas las artes.
C.J. de C.- Una prueba es mi colaboración con otros artistas. Todas las artes están muy relacionadas. García Lorca era un espléndido músico y dibujante. Como Gerardo Diego fue un exquisito pianista. En mi caso he colaborado con músicos, como Juan Miguel Asensi, también poeta, a quien he prologado sus libros de haikus.
F.M-M.- Y como resultado, el libro “Diez Canciones para la Escuela”, editado con la colaboración del Ayuntamiento de Alicante.
C.J. de C.- Por cierto, ilustrado por conocidos pintores. Los maestros, Gastón Castelló, Roberto Ruiz Morante, Xavier Soler, Manzanaro, etc.
F.M-M.- Y esa canción dedicada a Caruso. Nuestro Caruso, ese mítico, por incauto, personaje de Alicante.
C.J.de C.- Preciosa canción que tenemos sin estrenar.
F.M-M.- Aunque eras muy jovencita, recordarás las dos exposiciones que el Grupo Lasser organizó en Tour Social de Poesía integrada con la Pintura, en los años 1971 y 1972. Es conocido que tú también has navegado por esas aguas.
C.J. de C.- Es cierto. Agradezco a Lasser el premio literario que me concedió cuando yo tenía trece o catorce años, y el que abriera sus micrófonos a mi poesía. Por otra parte, he colaborado con mis versos en las exposiciones de artistas como Roberto Ruiz Morante, Madrid Alfonso, Manuel Mas Calabuig, Juan Manuel Amérigo Asín. Sin olvidar mujeres artistas como Mati Zamorano o Loles Guardiola. El siempre recordado Roberto Ruiz Morante ilustró dos de mis primeros poemarios: A lo largo del camino (1975) y Con las manos alzadas (1977).
F.M-M.- También has conocido a grandes hombres de las letras.
C.J. de C.- Pues sí. Conocí a José María Pemán, quien me acogió en su casa de Cádiz. De él conservo una carta en la que me agradecía el envío de mi primer poemario. También recuerdo a José Bergamín, a quien visité en su piso-buhardilla de la Plaza de Oriente, en Madrid, repleto de libros. Son bonitas experiencias que con el tiempo se convierten en evocaciones…
La conversación huye por los espacios del recuerdo. Ruiz Morante, querido amigo. Lo había conocido en el Hospital Cardiovascular, donde pude tratar a su padre, entonces yo un joven médico “Residente de Cardiología”. Gastón, nuestro pintor del alma. Con qué paciencia escuchaba mis inquietudes, las del grupo Lasser. Aquella exposición de Poemas Ilustrados que causara la admiración de muchos y la envidia de pocos.
F.M-M.- Aquellos eran tiempos difíciles, Consuelo. Tu padre nos ayudó mucho en alguna ocasión. Don Miguel Jiménez de Cisneros8. Buena persona.
Retomando la entrevista: Consuelo, ¿Tu vinculación con Alicante no te ha hecho interesarte por la literatura vernácula?
C.J. de C.- Mucho. Tuve unos buenos profesores de valenciano, incluyendo una profesora muy jovencita a la que le daba reparo darme clases, porque había sido alumna mía, en el Instituto de Alcoy. Y te digo más, he escrito y publicado en la prensa local algún poema en valenciano. En cierta ocasión impartí en Benidorm una conferencia en valenciano y también fui Jurado de un Premio literario juvenil en valenciano que luego publicaría la Editorial 3 i 4.
Movida por mi amor a la poesía, tuve la suerte de conocer y tratar a Vicent Andrés Estellés, de quien preparé una antología bilingüe, que aunque no llegó a publicarse, me valió una Matrícula de Honor en Literatura Valenciana.
F.M-M.- Jubilada, felizmente –supongo.
C.J. de C.- Una jubilación activa, amigo Francisco, como la tuya -que también supongo feliz-. Estoy tranquila, pero siempre ocupada. La actividad es germen de juventud y atrasa el envejecimiento. ¿Qué te voy a contar a ti?
F.M-M.- Multiplicamos nuestras neuronas como las estrellas del Universo se multiplican por la fuerza de la “energía oscura». El trabajo es nuestra “energía oscura”, causa de neurogénesis. La “neuroplasticidad” es el complemento…¿En qué te ocupas ahora mismo?
C.J. de C.- Estoy volcada en dirigir esta revista El Cantarano –www.elcantarano.com-, una revista cultural abierta y gratuita, sin ninguna ayuda económica, ni institucional ni comercial. También me ocupo de la edición y/o reedición de mis textos y de los de otras personas dentro de El Cantarano. Un único requisito: la calidad ética y estética. Es bastante trabajo, porque además tengo previsto digitalizar textos míos y de mi abuelo y hacer ediciones limitadas en papel de lo que voy publicando digitalmente. Y todo eso lo llevo a cabo de un modo casi artesanal, únicamente con el apoyo técnico de un profesional informático que es Julián Hinojosa.
Al margen de estos quehaceres, siempre surgen propuestas. En estos momentos, hay una con Alquibla, en un proyecto literario de la Fundación Alió que pronto se hará público, y otra con Don Biblio (Biblioteca de los Libros Felices), donde me han sugerido impartir talleres literarios. Por otra parte, siempre estoy abierta a colaboraciones puntuales con la Sede Universitaria de Alicante, el Real Liceo Casino de Alicante… instituciones con objetivos culturales donde me siento cómoda.
F.M-M.- Todo esto en Alicante…
C.J. de C. – En Alicante, sí. En los últimos tiempos me he sentido acompañada por personas muy variadas de la cultura y las letras alicantinas: empezando por quien me está entrevistando, don Francisco Mas-Magro, a quien prologué su poemario recopilatorio Glosa de lo cotidiano; también he prologado un poemario de Ágora Reix (El recital de los días), que acaba de salir en versión bilingüe traducido al inglés por Ben Clark; Antonio Gracia, además de colaborar asiduamente en El Cantarano, ha publicado recientemente mis versos en su blog literario, y Esther Abellán me acaba de dedicar una reseña en su Puente de los Espejos de LoBlanc. Y sé que me dejo nombres en el tintero, de colaboradores de El Cantarano, periodistas, lectores… Gente que me anima a seguir adelante.
F.M-M.- Has de trabajar mucho. Tienes muchas tareas pendientes…
C.J. de C. – Como te decía, parte de mi tiempo se dedica en estos momentos a recopilar mi obra, muy dispersa, reordenar mi biblioteca y organizar mi legado literario que he pensado que pase a depositarse en Crevillent, junto con el de mi abuelo Daniel. Hay allí dos personas en las que confío plenamente, que son la Directora de la Casa de Cultura, Ana Satorre, y el profesor y gran estudioso de mi abuelo, Daniel Belmonte. Para mí es una satisfacción saber que nuestros legados no se van a perder y que estarán a disposición de quien quiera estudiarlos.
F.M-M.- Es una buena idea. Tus dos hijos, tus dos nietecitos, han de estar orgullosos de ti.
C.J. de C.- Es una suerte tenerlos. Y un deseo, que de la misma forma que yo he tenido el privilegio de sentir el alma de mi abuelo, ellos puedan sentir mi alma.
F.M-M.- Se nos echa la noche y tienes que regresar a casa. Si te parece, vamos a concluir. Tu biografía está llena de motivos tristes y de motivos alegres. Como la de cualquier persona viva.
Aquella luz de la infancia,
blanca de sol y amarilla,
que entraba por los balcones
de la ancha casa perdida
iluminando las cosas
que entonces aún eran mías,
hechas hoy frágiles fósiles
en el ámbar de los días.
Aquellas sombras cálidas,
sus voces, sus caricias,
sus pasos encendidos
en la noche más fría,
son ahora tierra y polvo,
perfil de fotografía,
el recuerdo de un recuerdo
que en las palabras habita.
Luz y sombras: vais conmigo.
Viviréis mientras yo viva.
En Alicante es primavera y sigilosamente corre el año 2021.
Francisco Mas-Magro y Magro. Un médico que escribe.
1 Mas-Magro y Magro, F. “Obstinada Memoria”. 2021
2 Ángel Caffarena Such (n. Málaga, 16 de octubre de 1914 – f. ídem, 25 de febrero de 1998) Fue un importante editor de poesía.
3 Vicente Casp y Verger (Carlet , la Ribera Alta , 12 de agosto de 1906 – Palma , 29 de enero de 1.992 ). Poeta valenciano.
4 Nicomedes Sanz y Ruiz de la Peña (Valladolid, 7 de febrero de 1905-1998). Poeta español. Fue uno de los fundadores de la Asociación de Escritores Regionalistas Castellanos. Perteneció a la Generación de 1936.
5 Alicantina. En 1993 fue nombrada Directora de Relaciones con los Medios de Comunicación de la Casa del Rey, siendo la primera mujer alto cargo en la Jefatura del Estado.
6 Edelsa es una editorial española especializada en libros de texto y materiales para la enseñanza y el estudio de la lengua española, especialmente del español como lengua extranjera.
7 Consuelo Jiménez de Cisneros: “Colección de fósiles” en Aquella luz, aquellas sombras. Col. Poesía. I.A.C.Gil-Albert. 2009.
8 Alicante, 2 de septiembre de 1910- 8 de abril de 1980. Estudió Derecho en la Universidad de Murcia. Logró licenciarse con tan solo 19 años. Especializado en Penal. En 1950 opositó con éxito al Cuerpo de Policía, alcanzando el grado de inspector. Ejerció este empleo hasta su jubilación en 1976, momento en el que regresó a la abogacía formando parte de un bufete y participando en la defensa de personas con pocos recursos. Escritor desde muy joven de poemas y cuentos.
Foto portada entrevista: Consuelo Jiménez de Cisneros y Francisco Mas-Magro en la Biblioteca de los Libros Felices. 23 de abril de 2021.