Autora: Consuelo Jiménez de Cisneros.
Los artistas pueden comunicarse de una manera que los científicos no pueden (Judith Knight). Esta es una de las citas que abren la web de Guido Benedetti, un investigador científico que trabaja en el ámbito de la salud pública en el Staten Serum Institut de Copenhague. Guido es además un artista que desde su adolescencia indaga, de manera autodidacta, en la existencia humana por medio del dibujo digital y manual. Todo ello se fusiona con su faceta solidaria que lo ha llevado a colaborar en diversas empresas humanitarias. Su obra ha sido expuesta en Reino Unido y en Dinamarca. Cuenta con una web: Guido Benedetti – Todos los derechos reservados © donde expone sus trabajos.
El arte, en muchas ocasiones, ha servido de denuncia y punto de partida para la reflexión. «Los desastres de la guerra» de Goya, la pintura social de los impresionistas («Los comedores de patatas» de Van Gogh), una obra emblemática de Joaquín Sorolla cuyo centenario celebramos este año: «Y dicen que el pescado es caro». Bastarían estos ejemplos para confirmar la estrecha relación que muchos artistas han tenido con la realidad de su tiempo y su compromiso personal con determinadas cuestiones.
En el caso de Guido, las cuestiones que le preocupan son las que definen nuestra época, brillante en avances científicos y técnicos pero convulsa en tragedias sociales y humanas: la emigración, las pandemias, la superpoblación, la condición de la mujer y, por supuesto, las preocupaciones existenciales más íntimas. Sin olvidarnos del problema de las enfermedades raras y desatendidas, endémicas en los países pobres, que constituyen el objeto de trabajo de Guido como investigador.
Guido se autodefine a partir de sus raíces plurales. Así nos lo hace ver en un original autorretrato.
Desde El Cantarano apoyamos el arte, la cultura y la ciencia, y en pocas ocasiones estos tres elementos se armonizan de un modo tan evidente como en la obra de este italiano afincado en Dinamarca, investigador científico que lucha por buenas causas. Queremos resaltar algunos aspectos éticos y estéticos de su producción. Y empezamos con su propuesta How deep is your Blue? (¿Qué profundidad tiene tu Azul?) que fue expuesta el año 2022 en Copenhague. Se trata de una serie de paneles en azul intenso donde resaltan las formas de diversos dientes humanos. Denuncia así el drama de la emigración que cruza el Mediterráneo desde 2014, con un saldo de más de 24.000 personas desaparecidas en las aguas. Sus dientes son lo último en disolverse, ya que, como el mismo Guido nos recuerda, el esmalte dental es el más duro de los tejidos humanos. Por eso asegura que «el fondo del mar Mediterráneo está cubierto de dientes».
El tema de la migración le lleva también a una búsqueda artístico-matemática que plasma en un minucioso dibujo en pluma sobre papel titulado Ábaco. Está diseñado a partir de una cifra: 200.000, que es el número de seres humanos nacidos cada día.
Para Guido, la medicina es una ciencia social. Desde ese punto de vista, su experimentación artística le sirve para dar a conocer una enfermedad como Noma, que afecta a los más pequeños y desfavorecidos, provocando úlceras terribles que el científico-artista reproduce mediante manchas de color, a lo largo de nueve trabajos impactantes.
El confinamiento por la pandemia inspiró a artistas de todos los géneros. Guido expresó su sensación de encierro mediante una obra del mismo título (Lookdown, Encierro) en la que denuncia la restricción de movimiento que afecta las vidas de muchas personas.
El feminismo también forma parte de las preocupaciones ético-artísticas de Guido. Lo manifiesta en un par de cuadros en los que combina texto e imagen, pronunciándose sobre el tema, aún casi tabú, de la menstruación femenina para apostar a favor de la mujer: If men have periods... (Si los hombres tuvieran el periodo...) En el texto adjunto a la imagen expresa todas las ventajas que los hombres disfrutarían si tuvieran el periodo.
Una de sus propuestas más atrevidas es la titulada Square meal (que se ha traducido como «Comida cuadrada»), en donde, a lo largo de cuatro cuadros, expresa su preocupación por el uso que hace el humano de los animales para convertirlos en comida. Esa misma preocupación se pone de relieve en su colorista pieza Livestuck, un evocador juego de palabras.
El tema de la comida aparece también en una excepcional obra colorista que titula «Ganado». En ella nos recuerda que el ser humano también es un animal, «con la carne y los huesos de todos los demás animales».
Para concluir, Estratos es una serie de seis obras con una misma técnica (lápiz sobre lienzo) en las que combina colores y texturas que el propio artista comenta en textos líricos subjetivos.
No debo terminar sin agradecer a su colega de la Universidad de Surrey, Joaquín Prada J. de C., el haberme proporcionado el contacto de este científico-artista.