VOLCANES Y LITERATURA

Redacción de El Cantarano.

La reciente tragedia provocada por el volcán de la isla de La Palma nos trae a la memoria historias de otras erupciones volcánicas, reales o ficticias, que ha recogido la literatura. Hacemos aquí un breve repaso de obras literarias emblemáticas referidas a volcanes ordenadas cronológicamente.

Un volcán, el Vesubio, protagoniza, como un inconsciente y monstruoso gigante, la novela Los últimos días de Pompeya, de Edward Bulwer Lytton escrita en 1834, en el periodo de auge de la novela histórica romántica. El cine popularizó su argumento, y la arqueología ha conservado indeleblemente su recuerdo. Quien haya visitado alguna vez las ruinas de Pompeya, nunca podrá olvidar esa experiencia.

Los volcanes también aparecen en las novelas de aventuras de Julio Verne. Dos volcanes: el Snaefel, en Islandia, por el que entran, y el Stromboli, en Italia, por el que salen, son los elementos naturales que abren y cierran la aventura de los expedicionarios de Viaje al centro de la tierra. Esta novela publicada en 1864 nutrió la fantasía y la vocación geológica de profesores como Daniel Jiménez de Cisneros (según él mismo relata en sus memorias).

Tres volcanes ocupan el diminuto asteroide B-612 donde habita el protagonista de la novela alegórica El principito, publicada en 1943 por Antoine de Saint Exupéry. Algunos críticos interpretan que los volcanes que el principito limpia y vigila (dos activos y uno extinguido) son un símbolo de la rutina de las tareas de mantenimiento que realizamos cada día y que resultan imprescindibles para que todo funcione.


Bajo el volcán es una novela del autor inglés Malcolm Lowry publicada en 1947. Está considerada semi-autobiográfica. La acción transcurre al final de los años 30 en México (concretamente en Cuernavaca) durante el Día de los Muertos. El protagonista es un diplomático británico adicto al alcohol. ya fallecido, cuya historia se cuenta por dos amigos. Aquí el volcán Popocatepelt sirve de escenario o telón de fondo de la trama y además se utiliza como una imagen retórica relacionada con la caída moral y vital del protagonista.

La escritora norteamericana Susan Sontag escribió en 1992 El amante del volcán. Bajo este ambiguo título se esconde un triángulo amoroso protagonizado por un hombre aficionado a contemplar volcanes, su esposa y el amante. Los personajes son históricos (William Hamilton, Emma Hamilton y Lord Nelson) pero la autora los retrata de forma novelesca. La acción sucede en Nápoles, cerca del Vesubio, símbolo de una pasión incontrolable que puede estallar en cualquier momento.

En muchas más ocasiones aparecen volcanes en cuentos, relatos y poemas. Con esta mínima selección apreciamos que este fenómeno natural, tan espectacular como dañino, ha ocupado páginas transcendentes de la historia literaria universal.

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