NO SÉ POR QUÉ
No comprendo por qué te esperaría
al borde del camino una mañana,
si apenas el sol rozó tu rama
y la sombra luchaba con el día.
No sé por qué mi mano todavía
suspendida en incienso que embalsama,
acaricia los bordes de tu cama
y niega de la noche la agonía.
No sé por qué, y nunca sabré cuándo
la nada se rompió, muda simiente
de rosas frescas, sauce, desencanto.
En barro y azafrán sembré tu nombre
y pregunto al silencio, que no miente,
si es liviano este peso que levanto.
EL TIEMPO ESTÁ PARADO
El tiempo está parado, en ti descansa
sentado en su sitial, embellecido,
disimulando el aire que lo ha herido,
frente al rayo de sol, que nunca alcanza.
Dura piedra enmarcada en la esperanza
de un sonido de gong endurecido,
que acoja en mano tibia su sonido
convirtiendo su cuerpo en alabanza.
Está parado el tiempo, y esculpido
con cinceles de sombras que se quiebran
en aristas de amor nunca vivido.
Que es obra de hombres el olvido,
campana que resuena en la tiniebla,
cauce seco del tiempo que se ha ido.
Foto: Consuelo Jiménez de Cisneros. Granada, abril de 2022.