Redacción de El Cantarano.
La aparición de este libro coincide con el mes de abril, especialmente dedicado al libro y a la lectura, ya que, como es bien sabido, el día 23 se conmemora la muerte de los dos escritores clásicos universales más emblemáticos: Cervantes y Shakespeare. Se trata de un conjunto triple de poemarios que comienza con Campos de zafiro, escrito en verso libre, un homenaje a la poesía lírica intimista a través de citas de diversos autores incrustadas en los títulos de los poemas.
A continuación se ofrece la reedición del poemario Un infinito océano de amor, recorrido por la mística universal, mediante una aproximación lúdica y estética en la que se recoge la búsqueda mística en autores de muy diferentes tiempos y lugares. En este segundo poemario encontramos versos de factura clásica, incluyendo sonetos y romances, junto a otros de diferentes ritmos y medidas que demuestran la habilidad versificadora de la autora.
El libro concluye con el inédito Romancero de la sangre y el viento, subtitulado Tauromaquia lírica, que está dedicado a glosar a quince toreros clásicos españoles -desde el siglo XVIII a la actualidad- de los que se hace una brillante evocación literaria. Dicho Romancero va complementado por la reedición de otro breve poemario taurino titulado Me mira el toro de frente, que fue premiado por la Diputación de Alicante en 2006.
Tres especialistas en los diversos temas que centran los poemarios se han encargado de enriquecerlos con sus prólogos. La profesora de lengua y literatura de recorrido internacional Laura Cantón Fernández hace un detallado análisis intercalando la aproximación personal con el rigor académico; el profesor, teólogo y presbítero Víctor Palacios Torres escribe una reflexión sobre la mística cristiana aplicada a los versos de la autora; y el taurófilo y experto en tauromaquia, autor de abundante bibliografía sobre el tema, Francisco Rodríguez-Aguado, cuyo último título en torno a toreros del siglo XXI reseñamos en este mes, desgrana su erudición en relación con el contenido del poemario. Sus esmerados trabajos constituyen el mejor pórtico para cada uno de los poemarios.
La ilustración de la portada del libro se debe a la artista Matilde Zamorano y corresponde a uno de sus cuadros regalado y dedicado a la autora.
Campos de zafiro, con su sorprendente variedad de perspectivas líricas, se convierte así en un título imprescindible para adentrarse en la poesía más reciente de Consuelo Jiménez de Cisneros.