Un poema de Francisco Mas-Magro y Magro.
A mi vieja Facultad de Medicina
I
Grita la dictadura,
grita el recuerdo,
mas el aula es un llanto silencioso
y apacible.
Aunque el poder añore
monotonías,
y haga fácil la muerte
sobre la memoria
y la palabra.
Aunque el poder desgarre recuerdos,
huya de lo nuevo.
Aunque rompa
miradas
bajo un extraño silencio
(es la represión bandera de cobardes)
allí perdura el aula sobre las ideas.
El hombre entero sobre las sombras de violencia.
II
He aquí lo que queda
de esa Facultad que envejece,
ahí quieta,
en el centro de Granada.
La memoria no se oculta
y ha llegado el mañana
cantado por Menese
(Don José),
cuando aquella tarde de primavera
cerrada por decreto,
lloraba el canto:
“No te pierdas hermano la esperanza
que el mañana llegará;
que’onde hubo candelas
rescolditos quedan
y humo saldrá”.
III
El aula gritaba:
Gritaron las manos.
Gritaron los puños.
El aula cantaba y bajo el temor,
“no, no nos moverán”,
con Menese pastoreando
aquellos clamores
de libertad.
“…Guerrillero, guerrillero
qué bien me suena tu nombre…”
(De: “BAJO EL ARCO DE LAS PALABRAS”)
Ilustración: fotografía de la fachada de la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada. Fuente: wikimedia commons.