Autor: Daniel Prada Jiménez de Cisneros.
El 23 de abril, como todos sabemos, se celebra el día de San Jorge o de Sant Jordi en Cataluña y el Día Internacional del Libro -promulgado así por la UNESCO, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura-. Además, tiene lugar, desde el año 2010, otra efeméride relacionada, pero menos conocida, y es la del Día del Español en Naciones Unidas.
La elección de esta fecha se debe, naturalmente, a la conmemoración del aniversario del gran genio de las letras españolas, Miguel de Cervantes, que coincide con la del más prestigioso dramaturgo inglés, William Shakespeare, por lo que también el inglés celebra su día en esta Organización.
El español, junto con el inglés, el francés, el ruso, el chino y el árabe, es lengua oficial de Naciones Unidas. La existencia de no solo una ni dos lenguas de trabajo, sino seis, convierte a esta Organización en una entidad verdaderamente multilingüe. En la práctica, el estatus de lengua oficial implica, entre otras cosas, que las reuniones oficiales cuenten con interpretación a estas seis lenguas, que la documentación oficial se traduzca a las mismas o que las campañas de comunicación sean multilingües. Un esfuerzo que es el fruto de la vocación universal que tiene Naciones Unidas.
El español es lengua oficial desde el origen de la Organización en 1945. De hecho, 17 de los 51 Estados Miembros fundadores eran hispanohablantes. España no se integró en Naciones Unidas hasta una década después, por lo que este estatus primigenio de nuestra lengua se debe, sin duda, a los esfuerzos desempeñados por los países americanos hispanohablantes.
El multilingüismo forma parte del ADN de Naciones Unidas. Es, y así lo recoge su mandato, un valor básico y un factor clave de la diplomacia multilateral, que contribuye a mejorar su eficiencia y transparencia. El multilingüismo también favorece la inclusión, puesto que Naciones Unidas, al relacionarse con los pueblos a los que sirve en su lengua de preferencia, favorece una mayor y más efectiva participación. Algo que además es especialmente relevante para asegurar el necesario diálogo con la sociedad civil.
En cuanto al español, a lo largo y ancho de tres continentes, casi 500 millones de personas tienen nuestro idioma como lengua materna. Esto nos convierte en la segunda comunidad de hablantes más grande del mundo, por detrás del chino mandarín. En el ámbito de las Naciones Unidas es importante señalar que esta posición se mantiene. La comunidad hispanohablante constituye el segundo público más numeroso para la Organización, solo por detrás del inglés, en el ámbito de su comunicación externa, como son su página web, sus redes sociales o su portal de noticias. Esto refleja el enorme interés que despiertan, en los pueblos hispanohablantes, los valores y principios que representa la Organización y el trabajo que desempeña por un mundo más seguro, más justo y más sano.
Tal y como recogen diversos textos de Naciones Unidas, la lengua es un componente clave de los derechos humanos y de las libertades fundamentales y la llave para el desarrollo sostenible y para los objetivos contenidos en la Agenda 2030, la hoja de ruta de la Organización por un mundo mejor en el año 2030. Asimismo, la diversidad lingüística contribuye a la promoción de la identidad cultural y la diversidad en el mundo, así como al diálogo intercultural que Naciones Unidas promueve.
En este sentido, cabe resaltar la importancia que para la comunidad panhispánica tiene la defensa y promoción de las lenguas indígenas. En 2019 tuvo lugar el Año Internacional de las Lenguas Indígenas, con el fin de concienciar a la comunidad internacional acerca de la protección y promoción de estas lenguas, que se enfrentan a un escenario devastador de desaparición. Ello, en un contexto en el que, cada vez más, somos conscientes del papel que desempeñan como recursos estratégicos para el buen gobierno, la construcción de la paz, la reconciliación y el desarrollo sostenible. Más importante aún: los derechos humanos de los pueblos indígenas se encuentran íntimamente ligados a la situación de sus respectivas lenguas.
Por otro lado, en el ámbito del español en Naciones Unidas, en el año 2013, una veintena de Estados Miembros hispanohablantes, entre los que se incluye España, conformaron el Grupo de Amigos del Español en Naciones Unidas, que tiene como objeto la defensa y promoción del idioma en la Organización. Desde entonces, este Grupo de países actúa de manera coordinada por la efectiva implementación del multilingüismo en Naciones Unidas. Frente a tendencias reduccionistas, que tienden a favorecer la preeminencia del idioma inglés, como lingua franca de las relaciones internacionales y del desarrollo, el Grupo aboga por una visión del mundo multilingüe, mucho más rica, inclusiva y diversa.
Y es que, sin duda, una Organización multilingüe, como lo es Naciones Unidas, favorece con la contribución de cada idioma, la aportación de diferentes culturas a la articulación de una voz común y de respuestas conjuntas a desafíos globales en pro de la paz, la seguridad y la justicia.
Como aseguraba Nelson Mandela, «si hablas a un hombre en una lengua que entiende, el mensaje llega a su cabeza. Si le hablas en su lengua, le llega a su corazón». Tener unas Naciones Unidas verdaderamente multilingües es, sin duda, la clave de una humanidad común en un mundo mejor.
Para más información sobre el Grupo Amigos del Español en la ONU: http://twitter.com/gaeonuny
Para seguir la actualidad de la Embajada de España en Naciones Unidas: https://www.spainun.org/