Reseña de Consuelo Jiménez de Cisneros.
No es habitual hacer una reseña del catálogo de una exposición, pero éste lo merece porque, más que un catálogo al uso, es un poemario ilustrado. En efecto, en él conviven textos y pinturas efectuadas por el mismo autor: el oriolano Manuel Soriano Lidón o Teodomiro -su tercer nombre con el que firma sus cuadros-.
Su fallecimiento repentino provocó este precioso proyecto, que era lo que él tenía previsto hacer, en el que se homenajea su memoria y su obra. Para lograrlo han participado familiares y amigos entre los que se encuentran personas relevantes de la vida cultural, artística y literaria de Orihuela: el director de la Fundación Miguel Hernández, Aitor Larrabide, el escritor Javier Puig, la directora de la biblioteca municipal «María Moliner» Mari Carmen Sánchez Mateos y los también escritores Ada Soriano -directora del proyecto- y José Luis Zerón, entre otros familiares directos de Teodomiro, así como la pintora Eva Ruiz cuya colaboración ha resultado decisiva en el montaje expositivo. Por su parte, los artistas Alejandro Caamaño, Roberto Reula, Manuel Aguilera, Luis Je y Clara Luna hicieron previamente su homenaje a la memoria de su colega y amigo. No hay que olvidar el apoyo del Ayuntamiento local mediante la intervención, en la inauguración de la muestra, del teniente de alcalde Manuel Mestre Barea.
El libro-catálogo se publica a cargo de la Fundación Cultural Miguel Hernández y la Concejalía de Cultura de Orihuela en una edición no venal de 200 ejemplares que se distribuyeron inicialmente el día 3 de abril durante el acto de inauguración de la exposición que tuvo lugar en la Sala de Exposiciones del Museo de la Reconquista de Orihuela. Numeroso público asistió al entrañable acto en el que tomaron la palabra (por orden de intervención): Aitor Larrabide, Ada Soriano, José Luiz Zerón, Javier Puig y Manuel Mestre.
Bajo el título «Teodomiro. Un secreto de libertad», el catálogo contiene 25 poemas a los que se suma el poema dedicado a Teodomiro por Javier Puig, la introducción de José Luis Zerón titulada «Entre la fijación y el vuelo» y el «Punto final» de Ada Soriano, autora también de la página de Agradecimientos.
Quienes conocemos a José Luis Zerón sabemos de su precisión y sensibilidad a la hora de analizar textos literarios, y quienes hemos tenido el privilegio de que escribiera sobre los nuestros, siempre estaremos en deuda con él; pero lo que yo no sospechaba es que además tenía la capacidad de abordar una obra artística tan vasta y compleja como la de Teodomiro ejerciendo de atinado crítico de arte. Su presentación es impecable, conjugando lo afectivo con lo objetivo sobre la pintura del que fuera su cuñado, y por supuesto sobre la poesía que se concibe más como acompañante descriptiva o explicativa de la pintura.
En contraste con la canónica presentación de José Luis, el «Punto final» de Ada Soriano, introducido por una cita de Marguerite Duras, es un texto evocativo, lírico, escrito de un tirón, en un solo párrafo, y dedicado a ese hermano tan querido y admirado que supo superar su enfermedad gracias al arte y la escritura.
Y entre estos dos textos escritos desde el amor y la sabiduría, el poema de Javier Puig «Torbellinos» dedicado «A Teodomiro, pintor» se suma a lo que sería casi un subgénero poético, el de los versos inspirados en obras de arte. Y el arte de Teodomiro se define en «el vívido silencio que te habita y te expresa» como recoge el verso final.
Los 25 poemas llevan títulos que ya de por sí son versos, compuestos sobre figuras retóricas como la antítesis: «El silencio y las palabras», la paradoja: «Sonido de silencios», la metáfora: «Paisajes diamantinos», «La catedral de los sueños», «Tiempo petrificado»…, el recurso a otro idioma (el francés en este caso): «La beauté de la mer». En esa escritura compulsiva y a veces caótica hay destellos de verdad literaria y afirmaciones rotundas: «Y ahora los niños vuelan en un sueño continuo… / sus manos clasifican sueños / hasta la herida final». «Saber descifrar el movimiento es amar». «Todo tipo de vida / es una estrofa inacabada».