Autora: Consuelo Jiménez de Cisneros.
«El rumor del viento es un silbido infatigable bsbsbsbsbsbsbsbsbssbs…» Así nos saluda el primer panel de la exposición de Elena Asins que nos ha acompañado desde febrero a mayo de este año en el MACA (Museo de Arte Contemporáneo de Alicante).
Como «poesía conceptual» podemos calificar las obras de esta artista madrileña fallecida en Navarra en 2015, una trabajadora incansable que investigó con un rigor fuera de lo común en busca de la expresión de una realidad estética concebida a través de las matemáticas, la música, la escritura caligráfica y literaria y, finalmente, la geometría del arte, que es el resultado de toda esa amalgama. «Sonido visual» lo llama la artista, que también era una melómana aficionada a los clásicos que quiso plasmar plásticamente la música de Mozart.
La 2 en uno de esos programas imprescindibles que se llaman precisamente así («Imprescindibles») ofreció, en uno de sus programas de 2023, una aproximación a la vida, la personalidad y la obra de esta artista singular. Una mujer que tardó en ser reconocida, pero lo logró ya casi en la senectud, cuando en 2006 le concedieron la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes y en 2011 el Premio Nacional de Artes Plásticas.
He aquí un par de frases suyas que reflejan su esencia: «La obra no me pertenece, pertenece a la gente». «Dicen que una imagen vale más que mil palabras pero yo digo que una palabra vale más que mil imágenes». En efecto, desde el arte óptico al caligrama y lo que un crítico describe como «sismógrafos de su vida», sorprende la variedad de enfoques con los que la artista ha trabajado.
Destacamos su relación con Eusebio Sempere, fundador del MACA, del cual se exhiben unas muestras de su obra en un ámbito contiguo al de la exposición de Elena Asins, pudiéndose así observar que hay ciertas concomitancias entre los dos artistas. Elena Asins dedica a Eusebio Sempere sus «Cantos de Orfeo» en 1970, muestra de la amistad que los unía.
La obra de esta artista se ubica en diversos lugares de la geografía española y extranjera, al aire libre y en salas de museos. Madrid, Nueva York y la costa vasco–navarra albergan algunas de sus producciones.
En nuestro paseo por las salas de la planta baja del MACA donde apenas encontramos alicantinos, sino sobre todo turistas extranjeros, hemos podido disfrutar de esta exposición memorable apoyada por un vídeo repleto de contenidos y análisis por parte de expertos y de intervenciones de la propia artista. Un vídeo que se puede visionar tranquilamente en cómodos asientos, lo que tampoco es muy común en otros museos. Sin olvidar un folleto desplegable que presenta y analiza perfectamente la obra de la artista.
En conclusión, es una visita que vale la pena realizar y que muchos se pierden por ignorancia o por desidia. Desde El Cantarano apoyamos y difundimos exposiciones como esta y agradecemos al personal del MACA su trato exquisito.